Mi voz se vuelve grito, porque esa voz se ha quedado pequeña en mi garganta y traigo el grito de aquel que no puede gritar que lo que gana no le alcanza.
Yo no temo gritar, porque este grito viene golpeando mi corazón, mi aire y es el mismo grito que en cierto tiempo lanzó mi abuelo y no lo escuchó nadie.
Ellos quieren que calle, quieren que calle porque mi silencio les ayuda a golpear al indefenso, le tienen miedo al puñal de mis mensajes y a las voces que escucho de los vientos.
Quieren que calle, quieren que tan solo hable de amor o de paisajes, pero a mi me duele el dolor de tanta gente a la que han cortado con hambre su coraje.
Amo el amor, amo el amor de las muchachas dulces, amo el romance del sauce con el río, pero amo al hombre de la espalda rota y a su hambre y a su dolor los hago míos.
Vengo a gritar, vengo a gritar aquello que otros callan, de amor y besos ya abundan las tribunas... Voy a gritar el grito herido de mi pueblo y no es culpa mía que no traiga flores!!!
Horacio Guarany (Adaptación: Felipe Pinto)
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