HOMENAJE A HORACIO GUARANY
Clamores (Abril 2017)
Canción del adiós
¿Quién no ha tenido un amor en su juventud, que ha marcado su vida y que terminó sin un motivo aparente quizás por sólo una chorrada?
Ese adiós, a medida del paso de los años, va afectando más y quieres explicarte sin llegar a una conclusión final cual pudo ser su motivo; si fue, entonces, por falta de chispa o quizás fue por temor al desencanto de una infundada no correspondencia.Lo que si está claro es que mucha gente ha vivido, vive y vivirá con el pesar y la duda de qué hubiera pasado si se hubiera seguido adelante.
Después de los años, de las experiencias de la vida, llegas a la conclusión de que no puedes medir el grado de amor al que llegaste pero, en cambio, si tienes claro, que no ha habido ni habrá ningún otro que pueda asemejársele.
Darías marcha atrás, pero diferentes factores y complicaciones que da la vida, hace que tu gran sueño se convierta, primero, en una quimera, para después esfumarse, dejando en ti una dolorosa realidad… Sólo quedará el recuerdo.
La noche es joven
Vino, tremenda palabra.
Cuantos pecados, pero también cuantas bondades pueden hacerse en tu nombre...Tremendo compromiso entonces...
¿Dónde quedaron aquellas noches que me escribía a mi mismo rodeado de tu esencia?
¿Dónde, los sueños que esa noche anhelaba y tenía que compartirlos a tu abrigo?
¿Dónde, las palabras con pretensión de versos para regalar a mi amada y que tú me corregías?
¿Dónde..?
¡Tantas cosas! ¡Tantas noches! ¡Tanta vida!
¡Tanto vino!
La villerita
Reflexiónar primero y actuar después es lo que tendrían que hacer el 100% de las sociedades mundiales sobre los tremendos y denigrantes casos de explotación sexual de tantas niñas jóvenes que intentan salir así de la pobreza marginal en la que viven, contando con el beneplácito de sus propios progenitores y entregándose a la voluntad de algún proxeneta hijo de puta, que vende sus servicios a desalmados entre los que se encuentran precisamente muchos de los que tendrían que volcarse en defenderlas, como pueden ser grandes empresarios, políticos y hasta fiscales y jueces.
Aunque se trate de ocultar, es una evidencia la trata de personas, el más rastrero de los delitos de esclavitud, del que disfrutan los citados, los buitres de barro...
Aunque se trate de ocultar, es una evidencia la trata de personas, el más rastrero de los delitos de esclavitud, del que disfrutan los citados, los buitres de barro...
Memorias de una vieja canción
Una vieja canción lleva un perenne recuerdo sobre situaciones y hechos ocurridos y que siempre formarán parte de la vida de cada ser y por mucho que parezcan muertos y olvidados,
vuelven a la vida y te impregnan en cuanto renacen sus notas en tu corazón.
Hay canciones que, sin importar el tiempo que haya pasado o pueda pasar, se convierten
en símbolos del amor eterno hacia personas ausentes de las que quedan inolvidables recuerdos
y profundos sentimientos imposibles de borrar de nuestra mente.
Nada tengo de ti
El amor no correspondido, el paso del tiempo y el dolor emocional resuenan al compartir experiencias humanas, arrepentimientos y búsquedas de consuelo.
Ya sabemos que en las cosas del amor, el sufrimiento y el gozo se hacen uno, porque cuando amamos entramos en otras revoluciones, en días en los que también el dolor da intensidad a la vida y los sentimientos, se erigen en monumentos de esa misma vida.
La tristecita
La lluvia, el día gris.., inexorablemente nos llevan a la melancolía, a la tristeza y a un dudoso pesimismo en el amor.
Un amor que renace con la salida del sol, del día abierto, como existe la diferencia de pasear sobre trigales o hacerlo bajo la sombra de los sauces.De todas las maneras también hay que agarrar la tristeza, es otra de las diferentes características de vida que, como las demás, tenemos que vivir con ella, aferrarla a nuestro corazón para convertirla, después, en dicha.
Si se calla el cantor
La música no es de izquierdas ni de derechas. Tampoco la vida. La vida misma es todo un canto y el cantor habla al correr de su sangre, por eso llega al corazón y emociona. También hiere. Hiere a la mentira y a la maldad... Facundo Cabral, y antes John Lennon y Jorge Cafrune...
Murieron por difundir verdades incómodas para aquellos que son los verdaderos explotadores del hombre.
Pueden quitar el “derecho” a vivir a los cantores, más su voz seguirá resonando. Brotarán más cantores. Seremos muchos más quienes tengamos “el deber” de no callar. Alzaremos la voz, en la calle, en la plaza, en la tribuna, porque de lo contrario se quedarían solos los más pobres e indefensos. Ahora, no busquen la diferencia entre silenciar a Cabral, a Lennon o a un niño en el vientre materno. No la hay.
Pueden quitar el “derecho” a vivir a los cantores, más su voz seguirá resonando. Brotarán más cantores. Seremos muchos más quienes tengamos “el deber” de no callar. Alzaremos la voz, en la calle, en la plaza, en la tribuna, porque de lo contrario se quedarían solos los más pobres e indefensos. Ahora, no busquen la diferencia entre silenciar a Cabral, a Lennon o a un niño en el vientre materno. No la hay.
Zambas (Achalay, Tafí del Valle - Guitarra de medianoche)
La Zamba es amor, es entrega, es sublimidad, es no saber que pasa, es renunciar a uno mismo, es querer atrapar el cielo en un pañuelo para brindárselo a tu compañera en un breve instante y se puede hacer desde en una tarde en el maravilloso jardín que conforma la provincia de Tucumán hasta en las altas horas de una noche, acompañados con el rasguido de una vieja guitarra y en el más ahumado tugurio del centro de Buenos Aires.
MÁS...
Canción de las simples cosas (A. Tejada Gómez-César Isella)
Hay canciones que llevan impregnadas uno de los más profundos sentimientos del ser humano: la nostalgia. A lo largo de la vida, uno se va despidiendo, sin darse a penas cuenta, de cosas que parecieran ser pequeñas, de poco valor material, pero que a la larga se echan en falta, lo cual advierte de la real importancia que poseían. Compartir mesa habla de una de las maneras con que la costumbre de hermandad que caracteriza
los brasileños y demás habitantes de Hispanoamérica.
Tejada Gómez e Isella crearon una canción emblemática que ha sido incorporada a una diversidad enorme de películas no sólo de América Latina sino también de Europa, particularmente Francia y España, películas que tienen que ver con esa nostalgia, con esos amores simples que siempre están presentes en las vivencias de una familia o en el amor entre una pareja y que inspiró a Joan Manuel Serrat, gran admirador y amigo del propio Cesar Isella, a componer su emblemática canción, "Aquellas pequeñas cosas"...
Es el volver a lugares conocidos, recordados como fuentes de amor, de placer, de ternura, caricias y calidez. Lugares del propio reconocimiento como persona. Lugares de rituales cotidianos en esa mesa tendida o la vuelta a caminar por las callecitas del barrio del que nos fuimos o ese olor a jazmín, o esos rosales en flor que nos transportan a las fragancias de nuestra infancia. O los pasajes, las avenidas, los amigos, los vecinos, la propia casa que fue de uno y que ya no es tal, o el recuerdo del ladrido del perro que se sigue escuchando...
Ese perfume del pasado que hoy tiene otro aroma. Ante nosotros se van asomando las grietas, las profundas huellas que quedaron ahí y de las que hoy, otras manos, voces y cuerpos se van apropiando, como de ese lugar en el que ya nada es igual y en donde, ojalá al amor, no le suceda lo mismo que en la canción: "que el amor es simple y a las cosas simples, las devora el tiempo".
Dios quiera que en cada rinconcito habitado con amor, trabajado con amor, al menos haya quedado una fértil semilla que continúe siendo una construcción de uno nuevo, para ser nutrido y crecer fuerte y robusto.
¿Ilusión? ¿Fantasía? ¿Sueños? No lo sé, quizás...
* Actuación de Mate Español en el restaurante La Favorita, en Madrid.
Mujer y amiga (Robustiano Figueroa Reyes)
Hay canciones que no sólo se cantan: se susurran al oído del alma.
Canciones que nos devuelven, como un eco lejano, el culmen de un amor que supo ser abrigo, casa, refugio... Son canciones que parecieran no haber sido escritas con tinta, sino con la materia sutil de los recuerdos más entrañables.
El recuerdo de un verdadero amor no se conforma con la realidad fugaz de lo vivido, sino que se prolonga, se reinventa y sobrevive en los sueños.
Porque el amor, cuando ha sido auténtico, no muere: duerme en la memoria, despierta con una canción y se eterniza en cada estrella en la que alguna vez se grabó su nombre.
Existe una dulzura melancólica en las imágenes de las tardes junto al río, de unas miradas que decían más que las palabras, de silencios compartidos que sabían a eternidad.
Y está también ese deseo tan humano de retener lo amado hasta el infinito, “mía por siempre, solo mía”, como quien guarda una flor entre las páginas de un libro para que el tiempo jamás la destruya.
Muchas veces perdemos con las prisas del momento, la posibilidad de detenernos en lo esencial, en lo pequeño, en lo que no tiene precio pero sí un valor inmenso.
Así mismo ocurre con un perfume que nos transporta a la infancia, con una fotografía que nos mira desde el pasado, con una caricia que quedó grabada en la piel aún cuando ya no está quien nos la proporcionaba.
¿Es ese último intento del corazón por volver a creer que nada fue en vano? Quizás...
Pero lo cierto es que cuando una canción nos conecta con esa ternura, con ese temblor íntimo y profundo, no estamos recordando simplemente: estamos reviviendo.
Y ahí, justo ahí, el amor vuelve a nacer, renace.
* Actuación de Mate Español en el restaurante La Favorita, en Madrid.
Canciones que nos devuelven, como un eco lejano, el culmen de un amor que supo ser abrigo, casa, refugio... Son canciones que parecieran no haber sido escritas con tinta, sino con la materia sutil de los recuerdos más entrañables.
El recuerdo de un verdadero amor no se conforma con la realidad fugaz de lo vivido, sino que se prolonga, se reinventa y sobrevive en los sueños.
Porque el amor, cuando ha sido auténtico, no muere: duerme en la memoria, despierta con una canción y se eterniza en cada estrella en la que alguna vez se grabó su nombre.
Existe una dulzura melancólica en las imágenes de las tardes junto al río, de unas miradas que decían más que las palabras, de silencios compartidos que sabían a eternidad.
Y está también ese deseo tan humano de retener lo amado hasta el infinito, “mía por siempre, solo mía”, como quien guarda una flor entre las páginas de un libro para que el tiempo jamás la destruya.
Muchas veces perdemos con las prisas del momento, la posibilidad de detenernos en lo esencial, en lo pequeño, en lo que no tiene precio pero sí un valor inmenso.
Así mismo ocurre con un perfume que nos transporta a la infancia, con una fotografía que nos mira desde el pasado, con una caricia que quedó grabada en la piel aún cuando ya no está quien nos la proporcionaba.
¿Es ese último intento del corazón por volver a creer que nada fue en vano? Quizás...
Pero lo cierto es que cuando una canción nos conecta con esa ternura, con ese temblor íntimo y profundo, no estamos recordando simplemente: estamos reviviendo.
Y ahí, justo ahí, el amor vuelve a nacer, renace.
* Actuación de Mate Español en el restaurante La Favorita, en Madrid.
Criollita santiagueña (Andrés Chazarreta - Atahualpa Yupanqui)
El canto es una manera maravillosa de comunicar emociones, historias y culturas a través del sonido y desde tiempos antiguos, ha sido una parte fundamental de muchas tradiciones y ceremonias en todo el mundo, además de ser también una forma poderosa de conectar con los demás y con uno mismo.
Así, existen canciones que abrazan la esencia de la tierra y el alma de la cuna natal de quienes las crean, como en este caso ocurre con Santiago del Estero, esa provincia argentina donde el viento y el sol parecen susurrar historias antiguas. En los versos de estas zamba, se revela la belleza de la mujer criolla de campo, símbolo vivo de la cultura y la tradición y que acarrea una mirada profunda y un espíritu indomable.
La melodía, tejida con notas que parecen acariciar el aire, evoca los paisajes áridos y las pampas doradas, donde el canto del viento se mezcla con el ritmo del corazón.
Es una verdadera oda a la identidad, a la raíz profunda que conecta a las personas con su tierra, y un homenaje a la sencillez y la fuerza de quienes llevan en su ser la historia de un pueblo.
La canción, en su sencillez y belleza, nos invita a recordar que en cada rincón de la tierra de cada uno, vive una historia que merece ser cantada y preservada con amor y pasión.
* Actuación de Mate Español en el restaurante La Favorita, en Madrid.
Así, existen canciones que abrazan la esencia de la tierra y el alma de la cuna natal de quienes las crean, como en este caso ocurre con Santiago del Estero, esa provincia argentina donde el viento y el sol parecen susurrar historias antiguas. En los versos de estas zamba, se revela la belleza de la mujer criolla de campo, símbolo vivo de la cultura y la tradición y que acarrea una mirada profunda y un espíritu indomable.
La melodía, tejida con notas que parecen acariciar el aire, evoca los paisajes áridos y las pampas doradas, donde el canto del viento se mezcla con el ritmo del corazón.
Es una verdadera oda a la identidad, a la raíz profunda que conecta a las personas con su tierra, y un homenaje a la sencillez y la fuerza de quienes llevan en su ser la historia de un pueblo.
La canción, en su sencillez y belleza, nos invita a recordar que en cada rincón de la tierra de cada uno, vive una historia que merece ser cantada y preservada con amor y pasión.
* Actuación de Mate Español en el restaurante La Favorita, en Madrid.
Que pasa entre los dos (Henry Nelson)
En el rincón más profundo del alma, late una inquietud que no se puede callar. Es esa pregunta que se repite una y otra vez: ¿Qué pasa entre los dos? Porque, aunque el amor fue fuerte y nos unió con la fuerza de un río caudaloso, ahora parece que algo se ha perdido en el camino. La cercanía ya no es la misma, y en cada mirada hay un silencio que pesa más que mil palabras. La duda se cuela entre los suspiros, y el corazón, herido y dolido, busca respuestas en el eco de los recuerdos. Nos amamos, sí, pero algo nos está separando, y no sabemos exactamente qué. Quizás sea el olvido, quizás el orgullo, o simplemente el paso del tiempo que va desgastando lo que un día fue tan nuestro. Pero en medio de esa incertidumbre, todavía queda la esperanza de que, si hay amor de verdad, podamos volver a encontrarnos, a entendernos, a devolverle la magia a ese "nosotros" que tanto queremos. Porque, al final, lo que más duele es sentir que el amor se escapa entre los dedos, como arena que se desliza sin remedio.
* Mate Español en la Peña José Larralde.
* Mate Español en la Peña José Larralde.
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