Déjame estar en tus sueños
Donde a veces pretendes quedar
A solas con el secreto
Que tanto nos cuesta y nos duele guardar
Déjame estar en tus noches
Y el recuerdo más bello tendrás
Con otro, has de encontrarte
Sabiendo que siempre conmigo estarás
Déjame, ¡ay!, déjame
Amarrarme a tu boca imposible
Como la hiedra trepando
A tus horas soñando llegare.
Ausente, has de nombrarme
Y en cada momento apagarme la sed
Déjame estar en tu sombra
Como un duende sediento de amor
Buscando, lo que deseamos
Aquello que tanto anhelamos los dos.
Déjame estar en tus ojos
Con el llanto que puedas volcar
Pensando, que retornamos
Y solo la ausencia logramos llorar.
Déjame, ¡ay!, déjame
Amarrarme a tu boca imposible
Como la hiedra trepando
A tus horas soñando llegare.
Ausente, has de nombrarme
Y en cada momento apagarme la sed
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