Tendré los ojos muy lejos
y un cigarrillo en la boca,
el pecho dentro de un hueco
y una gata medio loca.
Un escenario vacío,
un libro muerto de pena,
un dibujo destruído
y la caridad ajena.
Un televisor inútil
eléctrica compañía,
la radio a todo voulumen
y una prisión que no es mía.
Una vejez sin temores
y una vida reposada,
ventanas muy agitadas
y una cama tan inmóvil.
Y un montón de diarios apilados
y una flor cuidando mi pasado
y un rumor de voces que me gritan
y un millón de manos que me aplauden
y el fantasma tuyo, sobre todo
cuando ya me empiece a quedar solo.
(Charly García)
No hay comentarios:
Publicar un comentario