Esta República fue la gran responsable de la guerra civil española y de los miles de muertos en los dos frentes.
La República que quiere Podemos
(por Juan E. Pflüger en La Gaceta)
(por Juan E. Pflüger en La Gaceta)
El partido de Iglesias afirma no haber abierto el debate sobre el modelo de Estado, pero su defensa de una Segunda República ‘bis’ es clara en sus declaraciones y sus símbolos.
En algunos temas Podemos juega a una medida ambigüedad dialéctica en la que sin decantarse por una opción deja clara cuál es su elección. Uno de estos temas es el del modelo de Estado. ¿Monarquía o República? Oficialmente el partido de Pablo Iglesias explica que no han abierto el debate sobre esta cuestión. La realidad deja claro que no existe debate. Son republicanos. Pero no son defensores de un sistema moderno, democrático y ajustado al momento histórico en el que vivimos que pudiera conjurar los peligros del separatismo e integrar a quienes no se sientan republicanos.
El modelo republicano que busca Podemos es la repetición del modelo excluyente y violento que fue la II República Española. Sus modelos políticos son esos y, pese a la indefinición que dicen sostener, la bandera de la república de 1931, los políticos que establecieron la censura contra los monárquicos y la derecha, los que quemaron iglesias y asesinaron curas desde el mismo momento en el que se proclamó la República son el modelo de la formación morada.
El modelo republicano que busca Podemos es la repetición del modelo excluyente y violento que fue la II República Española. Sus modelos políticos son esos y, pese a la indefinición que dicen sostener, la bandera de la república de 1931, los políticos que establecieron la censura contra los monárquicos y la derecha, los que quemaron iglesias y asesinaron curas desde el mismo momento en el que se proclamó la República son el modelo de la formación morada.
Y es morada porque eligieron el color diferenciador de la república de 1931 frente a la bandera roja y gualda. Otra muestra de que no tienen necesidad de abrir un debate del que la decisión está en el ADN de la formación.
Pablo Iglesias lo ha dejado siempre claro. Jamás ha posado en un acto de partido ante la bandera de España, solamente cuando su comparecencia es en sede oficial –Congreso, Moncloa, Zarzuela,…- debe pasar el, pare él, mal trago de posar ante la bandera de todos los españoles. En sus comparecencias previas a la creación de su partido siempre lució la bandera tricolor y, una vez dada de alta la formación, siempre ha aparecido con la enseña de la Segunda República.
Pablo Iglesias lo ha dejado siempre claro. Jamás ha posado en un acto de partido ante la bandera de España, solamente cuando su comparecencia es en sede oficial –Congreso, Moncloa, Zarzuela,…- debe pasar el, pare él, mal trago de posar ante la bandera de todos los españoles. En sus comparecencias previas a la creación de su partido siempre lució la bandera tricolor y, una vez dada de alta la formación, siempre ha aparecido con la enseña de la Segunda República.
Hagamos memoria. El 23 de mayo de 2015 se vivía la jornada de reflexión de las elecciones al Parlamento Europeo. Entre otras cosas aquel día, Iglesias jugó un partido de fútbol con varios amigos. Para disputar la pachanga lució una camiseta de la selección española con los colores republicanos. En las grandes concentraciones de Podemos es imposible ver una bandera de España roja y gualda. Todos las que aparecen, si no son venezolanas o de diversos países árabes, son las de la Segunda República. Curioso que no aparezca ninguna de la Primera. Su inspiración es 1931, no 1873.
Pero no solamente la simbología podemita nos lleva a la nefasta república que precedió a la Guerra Civil. El discurso frentepopulista de Podemos es más que claro y sus referentes históricos son los republicanos de aquella etapa que, además, tuvieron importantes responsabilidades en la represión frente a los que pensaban diferente.
Si recordamos su debut en el Congreso de los Diputados, sus mejores palabras fueron para esos socialistas históricos a los que decía no reconocer en el actual PSOE. No se refirió a ninguno que no tuviera responsabilidades antes o después de aquella Segunda República. Dijo que las siglas de los socialistas “representan a mujeres y hombres de talento y dignidad irrepetibles como Margarita Nelken, Indalecio Prieto y Juan Negrín”. Tres socialistas republicanos que tuvieron una más que discutible actuación política en aquellos años.
Se le olvidó decir que Nelken abandonó el PSOE durante los primeros momentos de la Guerra Civil y se convirtió en una furibunda comunista participando en la represión contra derechistas y católicos en el Madrid del “terror rojo”. Que Prieto intentó un golpe de Estado en 1934 cuando las urnas dieron el triunfo a partidos políticos que no pensaban como él en una clara muestra de falta de valores democráticos. También Prieto era el jefe de los sicarios socialistas que asesinaron a José Calvo Sotelo y que organizó, todavía durante la etapa republicana, una milicia extremadamente violenta que era conocida como “La Motorizada” que cometieron numerosos asesinatos y atentados contra miembros de formaciones políticas legales.
Juan Negrín, otro de sus dignos referentes políticos republicano y socialista, robó gran parte del patrimonio nacional republicano y lo llevó a México. Ese dinero fue usado para, junto a Prieto, llevar una vida regalada durante el exilio, en lugar de para contratar barcos que salvaran a los republicanos –para eso dijeron entonces que era el dinero- que esperaban ser evacuados en Alicante durante las últimas horas de la Guerra Civil.
Traidores, represores y asesinos. Todos ellos socialistas y todos ellos republicanos. Los modelos políticos de Pablo Iglesias quien, a día de hoy, todavía no ha mostrado admiración ni por el país al que pertenece ni por la bandera que lo representa desde 1793. Eso sí, en su dialéctica retorcida siempre ha buscado la manera de menospreciar a nuestra patria y a nuestros símbolos. Como cuando aseguró que era incapaz de “decir la palabra España” y que hacía “contorsionismos para evitarlo”. A la vez que despreciaba a “esos patriotas de pulserita roja y gualda”.
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