Pasadas son las cuatro
de una madrugada gris
y yo aquí, escribiendo
mis versos locos,
que auguran que te amaré
poquito a poco
y nunca lo olvidaré,
ni tú tampoco.
Cuando en un trago largo
vaya a buscarte, mi ser,
atropellaré hasta el fondo
del vaso y aumentará la sed.
Bañándome de luna y vino,
soltaré todos los toros,
que empezarán a bufar
a lo largo del camino...
Y entraré a besarte
igual que a un vino,
del que ya no podrás beber
si no es conmigo...
Fragmento de "Niña de San Ignacio", de Horacio Guarany.
Adaptación: Felipe Pinto
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