Dan su vida por Alá intentando llevarse por delante al mayor número de personas posibles con el ir al ‘’paraíso’’. Pero lejos de crear una indignación total en la sociedad europea, lejos de provocar masivas movilizaciones, lejos de provocar una tromba de dimisiones de los dirigentes europeos, lejos de exigir el fin de una política migratoria fallida, lo que ha creado es indiferencia y resignación.
La culpa no es del islam, ya que decir que más de 1.200 millones de personas son yihadistas es de ser un auténtico cateto, al igual que resulta bochornoso escuchar a la patulea iletrada que recorre nuestro continente ‘’refugees welcome’’ o ‘’un mundo sin fronteras’’.
La culpa es de nuestros gobernantes, los mismos que han colaborado a crear este cáncer que ya se ha convertido en metástasis. Vosotros, analfabetos buenistas, sois los hijos de puta que han convertido nuestro continente en un campo de batalla. Vosotros sois los hijos de puta que habéis introducido un cáncer, que llevará décadas extirpar si es que no causa antes la muerte de Europa, con vuestras infames políticas migratorias. Vosotros sois los hijos de puta que habéis permitido que se construyan mezquitas wahabíes en nuestro territorio para que fomenten el odio a Occidente y pedir la muerte de los ‘’perros cristianos’’, vosotros sois los hijos de puta que en muchos casos habéis subvencionado la construcción de dichas mezquitas con nuestro dinero, vosotros sois los hijos de puta que habéis permitido que se creen guetos en las principales ciudades europeas en los cuales impera la Ley islámica (también conocida como la sharia), guetos donde ni siquiera la policía se atreve a entrar, vosotros sois los hijos de puta que habéis permitido la entrada de millones de personas de manera descontrolada porque convenía tener mano de obra barata, vosotros sois los hijos de puta que otorgaban la nacionalidad sin ningún tipo de trabas y permisos de residencia a discreción, vosotros sois los hijos de puta que ahora nos dejan a los pies de los caballos. Y para más inri, ahora los partidos de extrema izquierda cuentan con más apoyo que nunca gracias a vuestra ineptitud.
Ahora gracias a vosotros, hijos de puta, mi padre, mi madre, mis hermanos, mis amigos, mis conocidos, mis compatriotas, pueden ser los próximos en morir a manos de la escoria yihadista que habéis permitido entrar en Europa.
Servidor o cualquiera de ustedes podría haber sido una de las víctimas del atentado de París si se nos hubiera ocurrido viajar en esas fechas, podríamos haber sido las víctimas del atentado de Niza si se nos hubiera ocurrido ir a presenciar los fuegos artificiales en el paseo de los Ingleses, pero yo o usted, quizá seamos las próximas víctimas si el próximo yihadista decide que la ciudad que hemos escogido para pasar nuestras vacaciones o en la que residimos merece un poco de islamización.
En estos tiempos recuerdo cuando España hace apenas una década recibió a más de 5.000.000 de inmigrantes en la época del boom inmobiliario. Por suerte la mayoría de ellos eran sudamericanos, ¡benditos sudamericanos!, cosa que no ocurrió en los países centroeuropeos o en los países escandinavos. Y también recuerdo la infame ley ‘’papeles para todos’’ que el descerebrado Zapatero aplicó en nuestro país. Regalando nacionalidades, permisos de residencia eternos y ayudas sociales a todo aquel que tenía a bien venir a España.
Pero lo peor de todo, el lado más siniestro y macabro de esta situación, es la negligencia que muestran nuestros políticos para hacer frente a esta situación. Solamente Alemania el año pasado recibió a más de 1.000.000 de ‘’refugiados’’. Más de 400.000 eran sirios, como los que han atentado esta semana en Alemania o como el periodista que compró un pasaporte falso a nombre del Primer Ministro holandés y que llegó a Grecia desde Siria sin ningún problema. La mejor solución que han conseguido es firmar un infame tratado con el cerdo Erdogan, darle dinero para que retenga, como si de mercancía comercial se tratara, la oleada de sirios, iraquíes y afganos que vienen hacia Europa. Solución demencial pero la más fácil, no vaya a ser que se tengan que poner a trabajar y aplicar políticas migratorias más efectivas que impidan que entre los refugiados se cuelen terroristas.
En definitiva, lo que vivimos en Europa es sólo el inicio del despertar de los zánganos que ha estado criando el yihadismo en nuestro territorio con la inestimable ayuda de nuestros gobernantes. Urge una reforma total de la ley migratoria, urge quitar la nacionalidad a todos aquellos que estén relacionados con el yihadismo de forma directa o indirecta y expulsarlos, urge establecer controles más estrictos en nuestras fronteras, urge eliminar y si es necesario derribar las mezquitas que promulgan el terrorismo, urge erradicar los guetos que se han convertido en ‘’mini estados islámicos’’ en nuestro país, urge extirpar a los cómplices que callan a sabiendas lo que ocurre en esos guetos. Urge dejar lo ‘’políticamente correcto’’ y comenzar a actuar ante esta barbarie antes de que sea demasiado tarde y no haya vuelta atrás. La tolerancia jamás puede dar cabida a la intolerancia y ni mucho menos ayudar a que se imponga en nuestra cultura.
Como dijo el gran Voltaire: ‘’ La debilidad de nuestra razón y la insuficiencia de nuestras leyes se dejan sentir todos los días’’
J.G.M
La culpa no es del islam, ya que decir que más de 1.200 millones de personas son yihadistas es de ser un auténtico cateto, al igual que resulta bochornoso escuchar a la patulea iletrada que recorre nuestro continente ‘’refugees welcome’’ o ‘’un mundo sin fronteras’’.
La culpa es de nuestros gobernantes, los mismos que han colaborado a crear este cáncer que ya se ha convertido en metástasis. Vosotros, analfabetos buenistas, sois los hijos de puta que han convertido nuestro continente en un campo de batalla. Vosotros sois los hijos de puta que habéis introducido un cáncer, que llevará décadas extirpar si es que no causa antes la muerte de Europa, con vuestras infames políticas migratorias. Vosotros sois los hijos de puta que habéis permitido que se construyan mezquitas wahabíes en nuestro territorio para que fomenten el odio a Occidente y pedir la muerte de los ‘’perros cristianos’’, vosotros sois los hijos de puta que en muchos casos habéis subvencionado la construcción de dichas mezquitas con nuestro dinero, vosotros sois los hijos de puta que habéis permitido que se creen guetos en las principales ciudades europeas en los cuales impera la Ley islámica (también conocida como la sharia), guetos donde ni siquiera la policía se atreve a entrar, vosotros sois los hijos de puta que habéis permitido la entrada de millones de personas de manera descontrolada porque convenía tener mano de obra barata, vosotros sois los hijos de puta que otorgaban la nacionalidad sin ningún tipo de trabas y permisos de residencia a discreción, vosotros sois los hijos de puta que ahora nos dejan a los pies de los caballos. Y para más inri, ahora los partidos de extrema izquierda cuentan con más apoyo que nunca gracias a vuestra ineptitud.
Ahora gracias a vosotros, hijos de puta, mi padre, mi madre, mis hermanos, mis amigos, mis conocidos, mis compatriotas, pueden ser los próximos en morir a manos de la escoria yihadista que habéis permitido entrar en Europa.
Servidor o cualquiera de ustedes podría haber sido una de las víctimas del atentado de París si se nos hubiera ocurrido viajar en esas fechas, podríamos haber sido las víctimas del atentado de Niza si se nos hubiera ocurrido ir a presenciar los fuegos artificiales en el paseo de los Ingleses, pero yo o usted, quizá seamos las próximas víctimas si el próximo yihadista decide que la ciudad que hemos escogido para pasar nuestras vacaciones o en la que residimos merece un poco de islamización.
En estos tiempos recuerdo cuando España hace apenas una década recibió a más de 5.000.000 de inmigrantes en la época del boom inmobiliario. Por suerte la mayoría de ellos eran sudamericanos, ¡benditos sudamericanos!, cosa que no ocurrió en los países centroeuropeos o en los países escandinavos. Y también recuerdo la infame ley ‘’papeles para todos’’ que el descerebrado Zapatero aplicó en nuestro país. Regalando nacionalidades, permisos de residencia eternos y ayudas sociales a todo aquel que tenía a bien venir a España.
Pero lo peor de todo, el lado más siniestro y macabro de esta situación, es la negligencia que muestran nuestros políticos para hacer frente a esta situación. Solamente Alemania el año pasado recibió a más de 1.000.000 de ‘’refugiados’’. Más de 400.000 eran sirios, como los que han atentado esta semana en Alemania o como el periodista que compró un pasaporte falso a nombre del Primer Ministro holandés y que llegó a Grecia desde Siria sin ningún problema. La mejor solución que han conseguido es firmar un infame tratado con el cerdo Erdogan, darle dinero para que retenga, como si de mercancía comercial se tratara, la oleada de sirios, iraquíes y afganos que vienen hacia Europa. Solución demencial pero la más fácil, no vaya a ser que se tengan que poner a trabajar y aplicar políticas migratorias más efectivas que impidan que entre los refugiados se cuelen terroristas.
En definitiva, lo que vivimos en Europa es sólo el inicio del despertar de los zánganos que ha estado criando el yihadismo en nuestro territorio con la inestimable ayuda de nuestros gobernantes. Urge una reforma total de la ley migratoria, urge quitar la nacionalidad a todos aquellos que estén relacionados con el yihadismo de forma directa o indirecta y expulsarlos, urge establecer controles más estrictos en nuestras fronteras, urge eliminar y si es necesario derribar las mezquitas que promulgan el terrorismo, urge erradicar los guetos que se han convertido en ‘’mini estados islámicos’’ en nuestro país, urge extirpar a los cómplices que callan a sabiendas lo que ocurre en esos guetos. Urge dejar lo ‘’políticamente correcto’’ y comenzar a actuar ante esta barbarie antes de que sea demasiado tarde y no haya vuelta atrás. La tolerancia jamás puede dar cabida a la intolerancia y ni mucho menos ayudar a que se imponga en nuestra cultura.
Como dijo el gran Voltaire: ‘’ La debilidad de nuestra razón y la insuficiencia de nuestras leyes se dejan sentir todos los días’’
J.G.M
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