TENDRÍAS QUE VERLA

En cada país, las barriadas de la pobreza reciben un nombre, pero el marco es siempre el mismo. Imaginad el escenario de cualquier poblado de chabolas, favelas, arrabales o villas miseria en cualquier asentamiento de cualquier país, hasta podría ser del vuestro propio...

Y seguid imaginando que allí vive una familia muy humilde y entre sus miembros aparece una bella niñita, todo pureza e inocencia que solo ha cometido el pecado de tener la mala suerte de no haber nacido en una de esas instalada en la opulencia y, en cambio, si en la escasez.

Es por ese motivo que en el 95% de las ocasiones su nombrado "pecado" llevará su vida a acabar en el infierno de la esclavitud de las drogas, de la cárcel o de la prostitución.

Pues a ella, le dedicó el escritor Luis Pérez Mosquera unos maravillosos versos que conforman la canción a la que Jorge Giuliano puso música y a la que con gran osadía por mi parte he realizado algunos cambios en el texto, para su mejor entendimiento en España, aunque intentando dejar intacto el mensaje original que pretendía dejar su autor.

A todo ello, le sumaremos la interpretación de dicha canción por parte de Mónica Abraham, una cantante extraordinaria, de esas pocas que aparte de poseer una privilegiada voz, tiene el duende del sentimiento incrustado en su ser y la gran destreza de hacerla llegar al corazón de cualquier mortal que posea un mínimo de sensibilidad.

(Felipe Pinto)



TENDRÍAS QUE VERLA

Tendrías que verla, despierta con alas
con una sonrisa de paloma blanca...
Zapatos gastados, ojitos de plata,
redondos y suaves como dos manzanas.

La cortina vuela y el sol en la cara.
Le despiertan duendes antiguos que abrazan.
Tendrías que verla, diez años y en llamas
Y un futuro absurdo que la mira y calla.

Niña de suburbio, camisita blanca,
corazón de barro, jardín de chatarra,
conserva su risa, tan bonita y clara,
le negaron todo, su risa nos salva.

Carita de cobre, pichón de torcaza...
Le han negado todo y ella muestra el alma.
Su cuerpo de mimbre la niñez reclama
Sus manos pequeñas, cuadernos y hamacas.

Tendrías que verla, pero de mañana,
Cuando el miedo duerme y la noche se calla.
Pájaro sin jaula, tiene todo y nada
Le sobran los sueños, le deben la infancia.

Niña de suburbio, camisita blanca,
corazón de barro, jardín de chatarra,
conserva su risa, tan bonita y clara,
le negaron todo, su risa nos salva.