domingo, 24 de mayo de 2020
NOSOTROS, LOS GRANDES PRIVILEGIADOS (II)
Existe una franja social, distinta, que nunca antes existió: Somos una generación que hemos apartado de nuestro idioma la palabra "envejecer", porque sencillamente no entra entre nuestros planes actuales la posibilidad de hacerlo.
Somos una verdadera novedad demográfica parecida a la aparición en su momento, de la "adolescencia", que también fue una franja social nueva que surgió a mediados del siglo XX para dar identidad a una masa de niños desbordados, en cuerpos más crecidos, que no sabían hasta entonces dónde meterse, ni cómo vestirse.
Nosotros, los que hoy rondamos los cincuenta, sesenta o setenta, hemos llevado una vida razonablemente satisfactoria.
Somos hombres y mujeres independientes que hemos trabajado desde hace mucho tiempo y que hemos logrado cambiar el significado tétrico y malvado que tanta literatura latinoamericana le dio durante décadas al concepto del trabajo.
Lejos de lúgubres y tristes oficinas o fábricas, muchos buscamos y encontramos la actividad que más nos gustaba o que más encajaba a nuestras aptitudes y así nos ganamos la vida, alegres y resueltos y llegando a una plenitud en la que, muchos ni pensamos en la jubilación.
Y los que ya se han jubilado disfrutan con orgullo cada uno de los días que pasan sin temores a que el exceso de ocio o de soledad, crezcan desde el interior de cada ser. Y así, disfrutan del ocio, porque después de años de trabajo, crianza de hijos, carencias, desvelos y sucesos fortuitos bien vale ver el mar con la mente abierta.
Y, por supuesto, no somos personas detenidas en el tiempo; con cincuenta, sesenta, setenta, nosotros, hombres y mujeres, hemos aprendido, ya de mayores, a manejar ordenadores como si nos lo hubieran enseñado de niños. Nos escribimos, realizamos tele conferencias, entre nosotros, con los hijos que están lejos y hasta nos hemos olvidado del viejo teléfono de casa porque utilizamos otro, móvil, desde el que, además de poder hablar, podemos también escribir un e-mail o enviar un whatsapp.
Hoy la gente de 50 60 o 70, estamos estrenando una edad, aun sin nombre, una edad en la que en otros tiempo hubiéramos sido, irremediablemente, viejos y hoy , en cambio, no lo somos, estamos en plenitud tanto física como intelectualmente, recordando nuestro recorrido por la vida con satisfacción pero sin negativas nostalgias, porque la juventud también tuvo también sus bajones y recordando, eso si, lo positivo de antaño con amada nostalgia.
Nosotros, los de 50, 60 y 70 de hoy celebramos la salida del Sol cada mañana y nos regalamos nuestra propia sonrisa porque nos la merecemos. Hacemos planes con nuestra propia vida y no con la de los demás, quizás se nos quedó grabado el título de la famosa película de James Bond, "Vive y deja vivir" y llegamos a la conclusión que la única diferencia entre nuestra infancia y hoy, reside en el precio de los juguetes.
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Simplemente, olé
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