"Lo importante no son los años de vida sino la vida de los años".

"Que no os confundan políticos, banqueros, terroristas y homicidas; el bien es mayoría pero no se nota porque es silencioso.
Una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que destruye hay millones de caricias que alimentan la vida".

Al mejor padre del Mundo

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miércoles, 19 de octubre de 2022

AMAR A ESPAÑA… HASTA MORIR POR ELLA

 

Castillo de Guzmán el Bueno, Tarifa (Cádiz)


Palabras de un soldado español… que “Por España se atreve”

“…En el Ejército aprendí que el trabajo bien hecho es tu mejor escudo.  Aprendí que la adulación es la escalera del necio.

Aprendí a seguir avanzando, a pesar del barro  pegado en las botas. En el Ejército aprendí lo que es el frío, lo que es el hambre, lo que es el dolor. Descubrí cuánto valen exactamente cinco minutos de sueño, y un poquito más de rancho.

Comprobé que nada cae del cielo, a no ser que sea lluvia o nieve. 

Que un baño caliente es un lujo, y que vivir en colectividad no es fácil. 

Aprendí que todo tiene un precio, y que normalmente las cosas buenas no son baratas, ni fáciles de obtener. He aprendido lo que es la nostalgia fuera de tu casa, y lo que duele.

Aprendí a cargar con un compañero desfallecido, y a no abandonar a un amigo. Aprendí que para dormir una buena noche, no necesito ni un tejado, ni almohada, tan solo estar suficientemente cansado y tener la conciencia tranquila. Ni para comer, cuchillo o cuchara. Aprendí que siempre tuve demasiado, y a valorar lo que despreciaba sin conocer.

Aprendí que cuando uno está destrozado y cree que ya no puede más aún le quedan muchas horas y muchos kilómetros, antes de caer reventado. Y que el compañero más valioso es aquel con el que has compartido sufrimientos, en cuyas manos pones tu vida y en las tuyas la de él.

Aprendes a tragarte las lágrimas que la añoranza te arranca en los momentos difíciles. Aprendí lo largas que son algunas noches, lo cruel que es el sueño, y lo duro de la vigilia en una guardia. En el Ejército aprendí que la mayor recompensa es la lealtad de tus hombres, y el abrazo de un compañero.

Que cada vez que te acuestas, sintiendo la satisfacción de haber cumplido con tu deber, o por un trabajo bien hecho, es una batalla que has ganado para tu país. Y de paso también aprendí a amar a España, a cada una de sus piedras y sus caminos, a cada uno de sus pueblos, a cada una de sus gentes, cada una de sus tradiciones y cada eslabón de su Historia.

El Ejército forjó mi carácter y mis principios. Y ahora con el paso de los años sé que me ayudaron a ser mejor persona. 

Que sumé a la sociedad, que no resté.

Para todos aquellos que viven de espaldas a la realidad, antimilitaristas que odian al Ejército, les diré que los militares, la mayoría, somos gente de bien. 

Con principios y valores, personas honradas, forjadas en la lealtad y la disciplina. Capaces de dar su vida para defender a España, a sus gentes y a su bandera…”




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