Para bien de España, a poco que se fijen, verán que en esta nuestra democrática nación están cambiando los comportamientos de los ciudadanos sobre aquellos que los representan.
La bondad de los primeros y la insolencia de los segundos, hasta el día de hoy, entra dentro de la normalidad.
El que el gobernante haga lo que le de la gana, abusando del gobernado y que los están en desacuerdo se callen, se ha visto como cosa natural.
Pero no, aquí todos tendríamos que ser iguales (gobernantes y gobernados) y todos podríamos hacer y decir lo mismo.
Quienes niegan el cristianismo intentan avergonzar a los cristianos, negando sus creencias e intentando demoler sus cruces y monumentos, desenterrando sus muertos, a la vez que esperan que la bondad de los creyentes les tolere todo equivocando esa bondad con un masoquista conformismo a su propio sometimiento.
Crean leyes injustas creyendo que los demás callarán y acatarán pero se equivocan.
De ahora en adelante, quienes quieren avanzar en su memoria histórica, hacia su más propia y delirante memoria democrática, van a verse frenados pues quienes han soportado todas sus impertinencias que ya despiertan de su letargo.
A partir de hoy, éstos, cuando sean respetados, respetarán pero si son atacados, atacarán.
No puede ser compatible con el respeto el intentar dividir, separar y anular a los españoles y así lo que den, recibirán por parte del pueblo.
Por ley natural, si de la misma manera que se trata con respeto, este se devuelve, si se dan tortas, estas también serán devueltas.
De ahora en adelante esas leyes absurdas e injustas que los dirigentes autoritarios disfrazados de demócratas crean, no van a quedar impunes en una ciudadanía que no las van a tolerar.
Ya se empieza a reaccionar, no todos son bobos que de nada se enteran y todo lo perdonan; los españoles a los que ellos están llevando a la desgracia, no les van a perdonar y les pararán primero y devolverán después, lo que hayan recibido.
Cuando atacan una cruz, lo hacen también a quienes en ella creen y su falta de respeto no será pasada en alto.
Y tras ello, que no pidan ejemplo de vida a los demás cuando ellos no son ejemplos de nada. Que no engañen con palabras, muchos españoles ya han reaccionado y no se van a dejar tomar por tontos pues ya distinguen en su sombra quienes son bendecidos y quienes maldecidos.
Los únicos memos en esta, nuestra España, son sus gobernantes, que cuando quieren engañar a los que creen bobos, sólo consiguen el efecto boomerang que les hace a ellos ser los auténticos y únicos BOBOS.
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