por Felipe Pinto
Es la frase más oída en boca de las feministas abortistas y esta frase esconde una terrible mentira porque al abortar no están tomando una decisión sobre su cuerpo sino sobre el de otro ser totalmente independiente y con ADN propio.
Según está probado científicamente el ADN se adquiere al segundo día de la fecundación, ni siquiera siendo embrión o feto sino con anterioridad, en el estado llamado cigoto. La ciencia avala hoy que la vida empieza con la fusión del espermatozoide y el óvulo llamada fecundación.
Unas horas después de la fusión espermatozoide-óvulo comienza la síntesis de ADN en ambos pro-núcleos. El pro-núcleo paterno atrae al materno y se mezclan y organizan en una unidad desplazándose hacia el centro del cigoto que se está constituyendo.
Así que decidid lo que os venga en gana con vuestro cuerpo. Amputaros un brazo, una pierna, un seno... Poneros aros en los pezones, injertaros prótesis, borraros la cara...
Antaño no existían métodos anticonceptivos ni la ciencia había llegado a conclusiones que hoy día están demostradas y, si no era accidentalmente, no se abortaba. Actualmente existen muy diversas formas de evitar el embarazo: preservativos, píldora, DIU, anillos, diafragmas, implantes, parches y hasta la pastilla del día después y a pesar de ello, la barbarie del aborto crece en el ánimo de irresponsables desalmadas que con la excusa del "mi cuerpo es mío" se convierten responsables criminales.
Pues bien, el embrión o feto que lleváis en vuestro vientre no forma parte de vuestro cuerpo; es un ser nuevo, independiente y con identidad propia y el abortarlo, un asesinato, que a parte de castigo merece el desprecio para quien lo cometiere.
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