Mi primer refugio en la Isla.
Hace treinta años conocía Formentera y este fue mi punto de partida. Se trataba de una especie de casa de huéspedes en la playa de Mitjorn, con un par de sencillísimos bungalows, de los cuales uno fué mi primer alojamiento en esta mágica y maravillosa isla. Se llamaba "La Formentereña" y estaba regentado por una simpatiquísima holandesa, muy hippy ella: IVONNE VAN DALSEN KUSTERS.
Aquí y así nació mi fiel AMOR por la pequeña de las pitiusas.
Ahora, al cabo de los años, este lugar, ha cambiado de nombre, de propiedad y es uno de los iconos de la isla: LAS BANDERAS.
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