LA LUCHA POR SER LIBRES

 

Tal vez por ser un hombre que siempre luchó en la vida
tengo la mente aturdida y partido el corazón.
Quizás en algún rincón de mi alma dolorida
la esperanza sea una herida y la herida una esperanza,
que si mi fe no se cansa, nunca morirá dormida.

Por eso busco salida, escapar de sinrazones,
en paso suelto, o en bastones, pero ligero de carga,
salir de esta etapa amarga que hoy nos deja el destino,
reconducir el camino hacia objetivos mejores,
dejando atrás sinsabores que llevamos aguerridos.

Yo que he heredado tanto por lo que mi padre luchó,
tan solo siento dolor, dolor que transmito en llanto.
La injusticia es un manto que ensombrece mi razón
y hoy me anima, con ardor, para luchar sin descanso,
por el animo, ya escaso y falto en el pueblo español.

Y a nadie voy a asombrar pues conocéis mi sentir.
El hombre ha de vivir como Dios quiere que viva:
sin la libertad cautiva, sin que la maldad le espante,
sin injusticias que manden tiranos desde el poder.
Es preciso prevalecer, con la verdad por delante.

El hombre nace y se muere, el hombre muere y renace
y la Gloria es como un lance, al que pasa el que se atreve,
quien se moja cuando llueve, quien tirita cuando hiela,
quien siente que su alma vuela en heroica trayectoria...
Así forja la memoria que a la vergüenza consuela.

Y así vivo yo, siempre en vela, luchando mi libertad,
cansado ya de aguantar que nos lleven por delante.
No hay que dudar un instante ni aflojar en el intento:
la libertad es un cuento si no se lucha por ella.
no solo por las estrellas tiene luz el firmamento.

F. P. (Inspirado en el preludio a la razón de José Larralde...)