La humanidad va encaminada a una deriva decadente. Los conceptos impartidos a la sociedad por parte de los que quieren dominarla, son completamente falsos, muy peligrosos y están sustentados en una gran mentira. Nos prometen una vida cómoda y sin problemas en lo material y que, dirigida por ellos, va a traernos consigo bienestar y felicidad para todos. Pero nada más lejos de la realidad, se trata de un tremendo engaño, que, bajo una simple argucia, tiene como propósito y fin, la explotación del ser humano.
Nuestra generación y las que nos siguen no deben caer en la ingenuidad y el conformismo; deben abrir los ojos y avanzar cultivando los valores de la familia, del amor, del sentimiento, del esfuerzo en el trabajo y de la honradez, teniendo claro que la mayor riqueza humana reside en su moralidad, en la tranquilidad de conciencia, en la marca y cumplimiento de deberes y en la realización de acciones de bien y nunca en el conformismo, la envidia, la dejadez o en lo material.
Mas todo ello debe alcanzarse desde la voluntad libre de cada individuo, nunca puede ser impuesto por nadie, porque eso es lo que, en realidad, quieren, que se imponga su cruel voluntad, disfrazada bajo el nombre de Agenda 2030, esa trampa que nos promete ser la gran panacea que nos llevará a una vida contemplativa, sana y feliz, nada más lejos de lo que en realidad nos espera.
No dejemos arrebatar a nuestros hijos y nietos la esperanza de un futuro mejor.
(F. P.)
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