¿CUANTO TIEMPO TENDREMOS QUE SEGUIR AGUANTANDO AL MAYOR GAFE DE LA HISTORIA?
Hay presidentes que dejan huella; otros, cicatriz. Y luego está Pedro Sánchez, que deja un rastro de desastres naturales, pandemias, fenómenos meteorológicos y apagones como si gobernar España viniera con una maldición faraónica de fondo.
No es que uno quiera ser supersticioso, pero desde que Sánchez pisa Moncloa, este país parece un plató de catástrofes. Nada más llegar, ¡zas! Una pandemia mundial. Aún estábamos contando mascarillas cuando Filomena sepultó Madrid bajo toneladas de nieve como si fuéramos Estocolmo en enero. Luego, la tierra rugió con una erupción volcánica en La Palma. Después, una DANA arrasó Valencia y otras zonas de Levante con lluvias torrenciales, devastación y, lo más trágico, multitud de fallecidos. Incendios de sexta generación, y, para rematar, un apagón general que nos devuelve al paleolítico tecnológico. Lo raro es que no hayamos tenido todavía un levantamiento de zombis o una invasión extraterrestre con rueda de prensa incluida.
¿Casualidad? Quizá. ¿Mala suerte? Tal vez. ¿Gafe de proporciones institucionales? Empieza a parecerlo. Porque no hablamos solo de fenómenos naturales, sino también de una erosión profunda —y sísmica— en la política nacional. A su paso, los jueces se encrespan, los periodistas se exilian de la credibilidad, y hasta en Europa empiezan a mirar a España con la ceja levantada.
Eso sí, el presidente resiste. Resiste cuando dimite, resiste cuando vuelve, resiste cuando los suyos lo miran con desconfianza y cuando los contrarios lo aplauden por equivocación. Sánchez no cae. Cae el país, él no. Como esos relojes baratos que no dan la hora pero siguen funcionando.
¿Y qué decir de su círculo? Cae Ábalos, se imputa a su fiscal general, se desinfla la economía, cae la popularidad del PSOE en plazas históricas… pero Sánchez y sus adláteres siguen ahí, como tótemes inexpugnables, en mitad del naufragio. Y mientras tanto, su esposa Begoña Gómez y su hermano David Gómez, el misterioso “director cultural” con sueldo público, pasan a estar en el punto de mira judicial. Imputaciones, escándalos, silencio institucional. Pero él sigue. Impasible, calculado, con la épica del resistente en modo bucle. Un líder que ha hecho del narcisismo un modelo de gobernanza.
Quizá el problema no sea que Sánchez sea gafe. Quizá lo inquietante sea que parezca no importarle serlo. Porque mientras la tierra tiembla, el cielo se desploma, la luz se apaga y los juzgados hierven, él se mira al espejo del Falcon y se pregunta si es hora de otro vídeo. Otro silencio. Otra jugada.
Y mientras tanto, los españoles, entre la resignación y el sarcasmo, nos preguntamos: ¿Qué será lo próximo? ¿Un meteorito? ¿El Diluvio? ¿Otro comité de expertos?
SUS LOGROS:
●La pandemia más letal con España entre los países con más muertos por COVID.
●La erupción del volcán de La Palma.
●La nevada Filomena paraliza Madrid.
●La Dana de Valencia con inundaciones históricas.
●Los incendios forestales más devastadores.
●Crisis migratoria sin precedentes en Canarias y Ceuta.
●Récord de inflación y precios disparados.
●Crisis energética y apagones amenazan España.
●Oleadas de accidentes ferroviarios y de tráfico.
●Tensiones internacionales con Marruecos, Argelia, Argentina, Israel y USA.
●El Tribunal Constitucional tumba sus estados de alarma.
●Apagón histórico en toda la Península Ibérica por más de 10 horas.
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