Toda persona tiene sus limitaciones, así es el ser humano y como ser humano, el Papa Francisco, también las ha tenido y no porque haya fallecido hay que olvidar sus numerosos actos negativos para la sociedad y para el catolicismo.
No se puede elevar a la santificación a alguien por ser encumbrado en su gran mayoría, justo, por los que no se consideran ni católicos ni cristianos y si muchos de ellos, ateos y que utilizan sobrenombres para nombrarlo como ya hicieron antaño, por ejemplo, con Belén Esteban (La Princesa del Pueblo) y ahora con él: El Papa del Pueblo o el Papa de los Pobres. Yo también quiero darle un sobrenombre y creo que el que mejor puede definirle es el de "el Papa Woke". ¿Qué por qué?
El Papa difunto, durante su pontificado, no ha sido capaz de arremeter contra los regímenes totalitarios de Cuba, Venezuela, Nicaragua, China, Corea del Norte, etc. Si, en cambio, lo ha hecho en numerosas ocasiones contra países que dan a su pueblo la oportunidad de elegir sus mandatarios. Por otro lado, ha sido defensor a ultranza, no sé si engañado por sus creadores, de la Agenda 2030, agenda que va contra natura y contra el cristianismo y así lo ha manifestado considerándola un "importante signo de esperanza" y un llamado a la acción para lograr un desarrollo humano integral para todos. En fin, dando pábulo a toda la mentira que en ella conlleva toda la llamada doctrina woke.
Entre sus constantes apoyos a la Agenda 2030, dejó su claro su falso punto de vista en favor de la ignominiosa Leyenda Negra, porque fueron varias las ocasiones en las que el Papa Francisco arremetió contra la conquista española. Así, en septiembre de 2021, con motivo del 200 aniversario del bicentenario de la independencia de México, el papa pidió perdón por los pecados de la conquista española a través de una carta. No era la primera vez que el Papa se disculpaba, pues en 2015 durante un viaje a Bolivia, Francisco acusó a su propia Iglesia de haber cometido crímenes en América, pidiendo perdón.
No se es mejor cristiano por asumir lo que sea porque lo dice la Iglesia. La Iglesia es Jesucristo, es Dios y ningún representante suyo tiene el derecho de suplantar a nuestro Creador ni tampoco a variar su legado.
Así que muestro mi rechazo a las reacciones políticas, sobre todo de los que se hacen llamar de derechas, subiendo a un pedestal a un Papa que, aunque ha tenido cosas buenas, lo ha hecho rematadamente mal en muchas otras.
Pero, tampoco me causa mucha sorpresa, ya estamos acostumbrados a las tibiezas e hipocresía del nuevo liberalismo, perrito faldero de la social democracia.
No obstante y a pesar de todo, rezaré por el perdón de sus pecados y por su descanso en paz ante los pies del Altísimo.
(F. P.)
Pues si el altísimo quiere, que le perdone. Pero yo no soy el altísimo y no olvido el odio que ha tenido a España y a lo español. Que Dios le confunda en su rencor visceral y le haga envainarsela
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