Yo seré tu compañero para la farra y el vino,
la guitarra, los caminos, los amores lisonjeros,
impuros y libertinos,
pero si se acaba el vino, si te sientes prisionero,
sin amores verdaderos y no encuentras tu destino
entre todos los senderos, yo seré tu compañero.
Y seré tu compañero para el abrazo y la gloria,
para perder la memoria con el tiempo y el dinero
y palmadas laudatorias.
Mas recuerda, si el fracaso te muestra su rostro fiero:
los vencidos siempre fueron despreciados en su ocaso
por los que ayer los quisieron. Yo seré tu compañero.
Y seré tu compañero para el sueño y la poesía,
lo que llaman utopía, los que nunca la entendieron
por torpeza o cobardía,
Y en la realidad más dura y en el llanto más sincero,
el rebelde desafuero, con toda mi encarnadura,
para andar juntos, me quedo. Yo seré tu compañero.
Y seré tu compañero en razón, paz y verdad,
en justicia y libertad, que es todo lo que más quiero
aunque traigan soledad.
Para el odio y la traición o la envidia del artero
o el soplón del carcelero, yo no presto el corazón,
y aunque me duela no quiero, que me llames, compañero.
Autor: Rafael Amor
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