Mi voz se hace grito, pues mi habla
se ha quedado pequeña en la garganta,
yo traigo el grito de aquellos que no pueden
gritar que lo que ganan no les basta.
Yo quiero gritar, porque este grito
me fortalece el corazón, me alcanza el aire,
y es el mismo grito por el que en otro tiempo
murió mi abuelo ante fusiles de cobardes.
Ellos quieren que calle, si, quieren que calle
porque mi silencio les ayuda a doblegar al indefenso.
Le tienen miedo al puñal de mis palabras,
y a las voces que extiendo por los vientos.
Quieren que calle, quieren que tan solo
mi voz les hable de amor y de paisajes.
Pero mi lucha es el dolor de tanta gente,
a la que dirigen, sin remedio, al hambre.
Son mentiras las promesas de progreso
que han llevado a mi España a un desafío
por eso estoy con el hombre digno,
y a su hambre y a su dolor los hago míos...
Vengo a gritar... Vengo a gritar lo que los medios callan,
pues el silencio delata a los traidores.
Yo traigo el grito herido de mi pueblo,
No es culpa mía, si no traigo flores...
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