El Sulforafano un compuesto que se encuentra en el brócoli en grandes cantidades, tiene el enorme poder de acelerar la eliminación de sustancias tóxicas que se producen en nuestro organismo y que son responsables de inducir la aparición del cáncer. Existen varios estudios demostrados que señalan que el Sulforafano disminuye el número de células cancerígenas en el tumor de mama. Al parecer esta sustancia actúa directamente sobre estas células malignas e induce su destrucción. Se ha observado que en tumores como en el de próstata, colón y cerebral es la única sustancia de origen natural que ha sido capaz de provocar la muerte de estas células tumorales.
Y por si fuera poco no sólo actúa como destructor del temido cáncer, sino que posee facultades antibióticas sobre todo contra la bacteria Helicobacter Pylori que se instala en el fondo del estómago y es capaz de producir úlceras gástricas con la consecuente aparición de cáncer si no se descubre a tiempo.
He de añadir que la mejor forma para consumir el brócoli es cocido o al vapor y además que no debe ser sometido a largos periodos de cocción ya que no podríamos aprovecharnos de todo su poder curativo y preventivo. Lo ideal es hervir durante 4 minutos de reloj y retirar inmediatamente, la sensación en la boca es que está crujiente cuando lo masticamos. Está fabuloso en ensalada con vinagre de Módena. A veces su olor puede resultar fastidioso pero es nada menos ni nada más que el Sulforafano (compuesto sulforado) que produce ese olor tan intenso.
Por último me gustaría añadir que no sólo el brócoli posee estas facultades anticancerígenas, también dentro de la familia de las Crucíferas están las coles de Bruselas, repollo, colifor que poseen gran cantidad de Isotiocianatos implicados directamente en la destrucción de células cancerígenas, de ahí la importancia de consumir una dieta variada en frutas y verduras.
(Angela Tello)
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