Será que la vida es corta
o largo el tiempo; velay no se;
volando pasan los años
o yo estoy quieto; velay no sé.
Será que canto de pena
o de alegría; velay no sé;
tal vez será que cantando
llore y me ría; velay no sé.
Será que mi vida es tuya,
la tuya es mía; velay no sé;
quizás de tanto quererte,
crea en mentiras; velay no sé.
Qué tarde nos conocimos
que no recuerdo; velay no sé;
por qué me fijé en tus ojos,
tus ojos negros; velay no sé.
Qué tono teñía los cielos
de nuestro ocaso, velay no sé;
mi vida estaba en tus ojos
ó tú en mis brazos, velay no sé.
¿Por qué será que el camino
tira y nos lleva, velay no sé;
lejos siempre de las cosas
que el alma espera; velay no sé.
El salteño Don Abel Segundo Mónico Saravia (1928-2008) cursó sus estudios secundarios en el Colegio Nacional, para luego graduarse de abogado y doctor en Leyes en la Universidad de La Plata. Ya de regreso a Salta ejerció diversos cargos públicos, como el de fiscal de Estado, secretario y ministro de la Corte de Justicia, además de diversos cargos académicos en la Universidad Católica. Su obra poética se basa fundamentalmente en la música. En prosa, cultiva los géneros del cuento y el relato. Su producción de canciones supera los 300 temas, muchos de las cuales fueron grabados por grandes intérpretes argentinos como Los Chalchaleros, Los Fronterizos y Horacio Guarany, entre muchos otros.
Aunque su obra más conocida es LA CERRILLANA, a la que puso música su paisano Marcos Tames, en el caso de la zamba que ahora nos ocupa, Mónico Saravia fue el autor tanto de la letra, como de la música. "Velay" es una de esas palabras que figuran en el diccionario y no deberían desaparecer. Es una interjección que expresa a veces más resignación que indiferencia. "¡Velay, qué le vamos a hacer", decían nuestros abuelos, ante aquellas circunstancias irremediables de la vida, como es el envejecer o tener que morir, porque la vida es muy corta y a veces también el amor.
El 12 de Junio de 1968 se reunieron en el Teatro Victoria de Salta, los ocho chalchaleros supervivientes (Aldo Saravia había fallecido en accidente automovilístico), para celebrar los Veinte Años del grupo salteño. Allí estaban Carlos Franco Sosa, Víctor José Zambrano, Ricardo Dávalos, José Antonio Saravia, junto a la formación de entonces que integraban Juan Carlos Saravia, Ernesto Cabeza, Polo Román y Pancho Figueroa. Son estos últimos quienes interpretan en directo esta hermosísima zamba.
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