"Lo importante no son los años de vida sino la vida de los años".

"Que no os confundan políticos, banqueros, terroristas y homicidas; el bien es mayoría pero no se nota porque es silencioso.
Una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que destruye hay millones de caricias que alimentan la vida".

Al mejor padre del Mundo

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domingo, 19 de octubre de 2014

Indiferencia (¿resignación, egoismo?) ante la corrupción política



  Es de todos sabido y, lo peor de todo, con resignación asumido que nuestros dirigentes políticos y financieros (que desde hace un tiempo van por separado, estando los primeros a las órdenes de los segundos: pues suelen ser títeres u hombres de paja del gran capital), nos roban y nos mienten: o sea, nos toman por gilipollas, se burlan de nosotros con un descaro tan grande como la ausencia de vergüenza y valores éticos que ellos tienen. Campan a sus anchas, cual forajidos del Lejano Oeste y, si alguna vez la justicia los trinca (a un 1% si acaso, porque para ellos casi todos los tipos de robo son legales: ellos hicieron las leyes a su medida), los procesos contra los políticos se alargan tanto que muchos de ellos prescriben, o acaban con unas condenas de risa. Y se ríen de nosotros, el mismo Pueblo que les sigue eligiendo una vez tras otra, legitimando –y nos lo arrojan cual escupitajo a la cara- con ello, sus fechorías.

 Puede que no tengamos arreglo -desde luego cultura democrática y participativa no tenemos- y los políticos que nos gobiernan son los que nos merecemos: por pasotas políticos. El Sistema fomentó el individualismo, en política, de los ciudadanos y bien que lo consiguió. Al mismo tiempo fomentó el asociacionismo en “lo que NO da de comer” ni crea empleo (pero nos tienen bien entretenidos mientras ellos mangonean a sus anchas): muchas fiestas religiosas y profanas, mucho “furgol”, mucho Alonso y Nadal, mucha TV manipuladora y basura. Hemos creado un monstruo que se nos ha vuelto indomable..., sabemos que la clase política es el mayor problema para los ciudadanos porque gobiernan para conservar sus prebendas, bicocas y sinecuras, aprovechando el cargo para su enriquecimiento personal (robando a sus electores). Y mueven los hilos a su favor de forma que cuando dejan el cargo político hacen uso de la “puerta giratoria” para desembarcar, bien en la empresa privada, a la que han beneficiado durante su mandato; o bien en una de las miles de empresas públicas inútiles (llamadas eufemísticamente, fundaciones, consorcios, agencias, institutos -¿les suena el Nóos?) creadas para el retiro dorado del político y su prole de enchufados (en la última “enchufada”, previa a las elecciones autonómicas, entraron unos 26.000 en Andalucía) “Hemos tenido la desgracia de que una casta de miserables acceda al poder. De gente sucia y sin valores, adicta al privilegio y enferma de corrupción y abuso de poder”

 Pero los ciudadanos tenemos que asumir nuestra parte de responsabilidad, hacer autocrítica y pensar por qué se nos ha ido esto de las manos: porque ellos se han defendido, ya que la intromisión del ciudadano en la vida pública es molesta para el cargo político, porque se sienten vigilados y no pueden realizar lo de “buey solo bien se lame”

   Tenemos que acabar con el déficit democrático y participativo en que nos encontramos. Que el cargo político vea nuestra sombra a su lado, y sienta nuestro cálido aliento sobre su nuca: “para que no se vicie y se desmande”, que dijera el poeta.


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