"Lo importante no son los años de vida sino la vida de los años".

"Que no os confundan políticos, banqueros, terroristas y homicidas; el bien es mayoría pero no se nota porque es silencioso.
Una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que destruye hay millones de caricias que alimentan la vida".

Al mejor padre del Mundo

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miércoles, 2 de mayo de 2018

AFICHES



Contempla un afiche callejero despiadado con él; ese anuncio comercial exhibe a su mujer amada como un fetiche, como un objeto de codicia que se vende.
Presentada como un producto, ella aparece ofreciendo lo que queda de su lozanía, y él se siente como crucificado por el dolor...
Con ironía se burla de sí mismo, pero lo desborda la desesperación llegando a desear su propia muerte...
En contraste con esta sordidez, ahora se fija en el anochecer, que oscurece los relieves de la puerta de la calle, también al tiempo primaveral como si se tratara de una pintura trazada por el aire agradable que corre.
Están presentes los rasgos que acompañaban la época del amor, pero todo carece de sentido sin ella, que es ofrecida en los panfletos al desamparo de un maniquí sin su vestido.
Se acerca el final, a la vez lo súplica y lo protesta...
Recuerda la lucha que acometió impulsado por el amor, hasta enfrentarse con la realidad inaceptable agravada por la impotencia de expresar su dolor y concluyendo, con la firme desesperanza de su pérdida final, escribe:

Cruel en el cartel,
la propaganda manda cruel en el cartel,
y en el fetiche de un afiche de papel
se vende la ilusión,
se rifa el corazón...
Y apareces tú
vendiendo el último jirón de juventud,
cargándome otra vez la cruz.
¡Cruel en el cartel, te ríes, corazón!
¡Dan ganas de balearse en un rincón!

Ya da la noche a la cancel
su piel de ojera...
Ya moja el aire su pincel
y hace con él la primavera...
¿Pero qué?
si están tus cosas pero tú no estás,
porque eres algo para todos,
como un desnudo de vidriera...
¡Luché a tu lado, para ti,
por Dios, y te perdí!

Yo te di un hogar...
¡Siempre fui pobre, pero yo te di un hogar!
Se me gastaron las sonrisas de luchar,
luchando para ti,
sangrando para ti...
Luego la verdad,
que es restregarse con arena el paladar
y ahogarse sin poder gritar.
Yo te di un hogar...
-¡fue culpa del amor!-
¡Dan ganas de balearse en un rincón!

Homero Expósito.


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