CON ESE AMIGO
Cuando puedo conversar con un amigo
sentados en la mesa, sin horario,
entre los dos, con café repetido
y el cenicero soportando agravios,
en su oreja redonda, sin oído
por culpa del tabaco o por ser sabio...
Cuando puedo conversar con un amigo
siento que el corazón late en mis labios...
Todo se mezcla; la sonrisa, el humo,
la luz en la ventana y el sonido
de algún gorrión que canta por el parque.
Un tren que pasa, palomas y niños,
todo se mezcla, nada está vacío,
porque puedo conversar con un amigo...
Suele venir a veces, no lo invito;
invitar un amigo es como echarlo;
el viene cuando quiere y cuando llega
el calor de mi hogar corre a abrazarlo,
pero mi amigo sabe que mi casa
es digna de respeto al cobijarlo.
Por eso a veces llora cuando lloro,
pero no ríe casi nunca por algo
que a mí me cause gracia o que yo diga
solo por conformar mi ego de humano;
sabe que la sumisión causa la intriga
y en la amistad no encaja lo profano.
Cuando puedo conversar con ese amigo
siento que cabe el sol en una mano.
(José Larralde - Adaptación: Felipe Pinto)
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