por Felipe Pinto
Yo, todavía no me explico cómo un Gobierno pudo permitir un día, el avance de una pandemia mortal y más, viendo todo lo que estaba ocurriendo en China, Irán o Italia y para mayor inri, avisados en diferentes ocasiones por la OMG desde el mes de enero.
Su probada negligencia es responsable de decenas de miles de muertes, que no hubieran ocurrido si se hubiera decretado el estado de alarma, al menos una semana antes, con lo que así hubiera podido evitar en número de contagios en reuniones masivas como lo fueron mítines, partidos de fútbol, visitas a discotecas, cines y teatros, concentraciones políticas muy concurridas y hasta en el habitual rodar ciudadano, pero claro, la manifestación feminista del llamado “Dia de la mujer” era prioritaria y su celebración mucho más importante que el salvar vidas y si no, solo hay que ver la respuesta de la vicepresidente primera del gobierno sobre dicha manifestación:
-Señora Calvo, ¿qué le diría a una mujer que está dudando en ir o no a la manifestación del 8 de marzo?
-Que le va la vida. (Y tanto que le vino la vida, la vida de decenas de miles fallecidos).
Por otro lado, Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Emergencias Sanitarias y cabeza visible de los “expertos” a los que se refiere continuamente el presidente Pedro Sánchez en sus intervenciones, predecía que España “solo tendrá un puñado de casos” para solo seis semanas después dar cifras diarias de cientos de muertos que han dado como resultado que nuestro país sea, a día de hoy, uno de los líderes del mundo en número de fallecidos per cápita, mientras nuestro primer dirigente, presume de realizar una gestión maravillosa y de salvar decenas de miles de vidas... Debe pensar que todos los ciudadanos españoles vivimos en otro lugar mucho más lejano o que nuestro intelecto no llega a un mínimo para no dejarse manipular por sus afirmaciones..
Después, la gestión improvisada ha sido otro autentico desastre.
Empezaron echando la culpa de la falta de material sanitario a los recortes en Sanidad pública del Partido Popular, cosa muy distante de la realidad pues fue Rodríguez Zapatero, anterior presidente de gobierno socialista, quien efectuó esos recortes, limitándose los populares, cuando obtuvieron en las urnas el poder, solo a mantenerlos.
La falta de mascarillas para sanitarios, guardias civiles, policías, militares, bomberos, etc, ha hecho que muchos de éstos enfermen y que algunos hayan fallecido. En el caso de los respiradores para enfermos, su escasez ha llevado a una masacre mortal. Con todo ello, el Presidente tuvo la feliz idea de hacer responsable único de las Residencias de Ancianos a su vicepresidente del área de asuntos sociales, el comunista Pablo Iglesias y que éste, junto al Ministro responsable de Sanidad no permitió el traslado de ancianos contagiados a hospitales ni tampoco envió personal y material sanitario a las residencias, lo que nos ha llevado a registrar la cifra de más de 25.000 ancianos fallecidos por falta de protección.
Ancianos, que hay que recordar que fueron los artífices de la gran reconstrucción de España en la posguerra y que gracias a ellos hemos tenido la suerte de encontrarnos una nación floreciente y moderna, que hasta llegó a ser la novena potencia industrial del mundo y todo ello, aun en tiempos de Franco.
Y ancianos que en la anterior crisis económica, estando de presidente Rodríguez Zapatero, estiraron sus ahorros y sus pensiones para poder mantener a sus hijos y sus respectivas familias, que sin ellos no hubieran podido tirar adelante.
Y volviendo a las mascarillas, éstas se encargaron a China, con los riesgos que esta decisión conllevaban, cuando había fábricas mucho mas fiables en España y todo debido, seguramente, a las suculentas comisiones ofrecidas a familiares y afines de los partidos gobernantes.
Este gobierno, incapaz, también presume de hacer 20.000 tests diarios, tests que realizados masivamente, son imprescindibles para conocer el estado médico de la población, y que como se puede comprobar son en número, inmensamente insuficientes teniendo en cuenta que en España hay más de 45 millones de habitantes y que por lo tanto para llegar a realizar tests a todos, se tardaría, ni más ni menos, que 2.250 días, lo que es igual a mas de 6 años, algo totalmente inválido.
En la parte económica, se han destruido cientos de miles de empleos y las ayudas prometidas por el gobierno a los ciudadanos afectados, a día de hoy, no se han cumplido en la gran mayoría de los casos y así organizaciones caritativas (por supuesto, no gubernamentales) están haciendo frente a una hambruna no conocida en mi país desde la guerra civil y que cada día, hoy, es más abundante.
En estos momentos, con la anunciada desescalada, siguen metiendo la pata una y otra vez, por ejemplo, limitando aforos al 50€ en terrazas de negocios de hostelería y al 30 % y sin servicio de barra, algo muy común y tradicional en España en bares y restaurantes cuyos propietarios, después de los ERTE presentados, han de readmitir a su plantilla al completo bajo la prohibición de realizar despidos en tres años, lo que con las medidas adoptadas solo lleva a un único fin de camino: la ruina completa.
También determinan decisiones sin sentido, como la aprobación de la reapertura de hoteles mientras sigue la prohibición de que los españoles podamos viajar y se mantiene cerrada la frontera al turismo internacional. Porque, ¿qué clientes van a tener los hoteles, pues?
O la de apertura de discotecas, también reducido su aforo a un 30%, en las que se pretende que la gente vaya con guantes y mascarilla y que no exista más cercanía de un metro y medio entre unos y otros...
Que dentro de un gobierno con un Presidente, cuatro vicepresidentes, dieciocho ministros, sus respectivos secretarios de estado más cientos de consejeros, no exista ni una voz coherente que avise al resto de su total desatino, no es de ninguna manera de buen recibo y una de dos, o estos cargos se han elegido dentro de la lista de los más ineptos del país o su plan, macabro entonces, es la destrucción de nuestro sistema de Estado y su deriva al régimen totalitario comunista, castrista, bolivariano o como cada cual quiera llamarlo, pues son el mismo perro pero con distinto collar.
En cualquier lugar la coherencia y la dignidad llevaría a sus dirigentes a presentar una irrevocable DIMISIÓN. Pero, ya se sabe, “Spain is different”!
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