Los ánimos explotan con las gargantas
rotas de gran felicidad.
Revientan alaridos, consignas victoriosas,
en pos de la unidad.
Exploto de alegría, alzando en este día,
mi copa por la paz...
Afuera los culpables, que tras esta pandemia,
se sepa la verdad.
Los fabricantes de la muerte han de marcharse
nunca jamás han de volver, nunca jamás...
Los sanitarios, policías y pensantes
se dan las manos de la fraternidad.
Las mascarillas blancas, el rostro de un enfermo,
reclaman la verdad,
¿de qué sirve el dinero, de qué sirven los bienes,
si no existe moral?
La paz es un derecho, tenemos que exigirlo,
arriba la unidad!
Guardias y campesinos, soldados y estudiantes,
unidos por la paz.
Los fabricantes de la muerte han de marcharse
nunca jamás han de volver, nunca jamás...
Agricultores, bomberos, militares
se dan las manos con fuerza y voluntad;
miles de niños con banderas en las manos
traen el grito de la España universal
Hay que luchar, hay que luchar.
Hay que luchar, hay que luchar.
la negligencia que no vuelva nunca más.
Y que la muerte ya no vuelva nunca más.
Eraclio R. Catalín. (Adaptación: Felipe Pinto)
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