"Lo importante no son los años de vida sino la vida de los años".

"Que no os confundan políticos, banqueros, terroristas y homicidas; el bien es mayoría pero no se nota porque es silencioso.
Una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que destruye hay millones de caricias que alimentan la vida".

Al mejor padre del Mundo

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miércoles, 21 de septiembre de 2022

CARTA ABIERTA AL GOBIERNO SANCHISTA

por Pío Moa*


Señoras, señores y señoros miembros socialistas y comunistas del desgobierno sanchista:

Debo ante todo felicitarles por los profundos sentimientos filiales que demuestran ustedes hacia sus padres y abuelos. Actitud tanto más loable cuanto que otro partido, el PP, ha tratado de criminales a sus propios padres y abuelos, culpándolos de la guerra civil. En ese sentido son ustedes un modelo de piedad, como de abyección lo son los jefes del PP. Nada más natural, por tanto, que ustedes, sin necesidad de investigar más, hayan concluido que los antepasados recientes de ustedes fueron unos dechados de cultura y virtud democrática y progresista, vilmente masacrados por los antepasados del PP.
Sin embargo, existen investigaciones fidedignas que demuestran que su estima por sus padres y abuelos (electivos, pues muchos de ustedes proceden de familias franquistas), aun si moralmente encomiable, no se corresponde con la realidad histórica. Y dado que la ignorancia de un pasado aun nada remoto es inconveniente para personas que mandan en España, permítanme que les ilustre brevemente al respecto.
Sus padres y abuelos, señores del gobierno, comenzaron la república incendiando más de cien iglesias, bibliotecas, centros de enseñanza y numerosas obras de arte. Ustedes estarán de acuerdo en que resulta difícil considerarlos apóstoles de la cultura. Pero es que la afición a quemar o destruir bibliotecas, obras de arte o edificios de valor histórico, continuó, alcanzando un cenit en la insurrección socialista-separatista de 1934, y ya desmadrándose absolutamente al reanudarse la guerra en 1936. Con certeza puede afirmarse que ningún partido en toda Europa ha destruido más bibliotecas y arte que los del Frente Popular, es decir, los padres y abuelos de ustedes.
No fue esa afición al fuego lo único que distinguió a sus padres y abuelos. No menor fue su afición a la sangre. En los dos primeros años de la república, gobernados por las izquierdas, las víctimas mortales de violencias políticas ascendieron, según cálculos moderados, a unos 500. Las víctimas fueron en su práctica totalidad gentes de derechas, más un número de izquierdistas asesinados por otros izquierdistas. ¿Se identificarán ustedes con ellos después de conocer estos “detalles”?
El violento caos del bienio izquierdista de la república hizo que la opinión pública reaccionase dando una amplia victoria electoral a la derecha en 1933. ¿Y cómo reaccionaron sus padres y abuelos, damas y caballeros del gobierno? Unos intentaron un golpe de estado, y otros, el PSOE y los separatistas catalanes, se declararon en pie de guerra contra la legalidad republicana y la democracia. ¿Llamarían ustedes demócratas a sus abuelos y padres comprometidos en tales cosas? Piénsenlo.
La declaración de guerra del PSOE y los separatistas se tradujo en una insurrección armada. El PSOE pretendía con ella implantar un régimen como el de la Unión Soviética de Stalin; y los separatistas trataban de avanzar hacia la disgregación de España, separando a Cataluña. Vencer aquella insurrección costó casi 1.400 muertos, con nuevas y masivas destrucciones de edificios, fábricas, bibliotecas y obras de arte, una verdadera guerra civil durante dos semanas en Asturias y muertos en más de la mitad de las provincias de España.
La derrota de aquellos planes no hizo cambiar de actitud a los antepasados directos de ustedes, sino que en 1936 procedieron a falsificar las elecciones, ocupar el poder y desde él derribar la legalidad republicana para instalar un régimen de terror y arbitrariedad, con unos 400 muertos en solo cinco meses. Reflexionen, una vez más: ¿llamarían ustedes en serio demócratas a sus abuelos y padres?
Y ya durante la guerra, la afición al incendio y la sangre de aquellas buenas gentes alcanzó tales cimas de brutalidad y de sadismo que dan escalofríos a cualquier persona medianamente sensible. Y no fue eso todo. El PSOE envió a Moscú las reservas de oro de España, convirtiendo a Stalin en amo de la alianza de sovietizantes y separatistas en que consistió el Frente Popular. Ello aparte, el PSOE organizó una campaña masiva de robos y expolios a particulares y al tesoro histórico artístico de la nación. Esos cuantiosísimos fondos dieron lugar en el exilio a reveladoras y sórdidas peleas entre los dirigentes, en particular entre Negrín y Prieto. Todos estos hechos son indiscutibles, y, lamentablemente, damas y caballeros, esta es la verdad sobre sus padres y abuelos, sean físicos o electivos.
Dirán ustedes que los nacionales también practicaron el terror. Cierto pero hay tres diferencias cruciales. El terror fue comenzado por sus padres y abuelos ya desde la quema de conventos, bibliotecas etc., seguido por las violencias del primer bienio y la insurrección de 1934. En todo ese tiempo, más del 90 por ciento de los asesinatos fueron perpetrados por sus padres y abuelos. No se puede equiparar el terror de quienes comienzan y agreden y el de quienes finalmente recurren a él para defenderse. En segundo lugar el sadismo y ensañamiento de sus padres y abuelos, damas y caballeros, no tiene paralelo con el terror contrario. Y finalmente, los nacionales no ejercieron el terror entre ellos mismos, mientras que los partidos del Frente Popular se asesinaron a mansalva entre sí, culminando en una guerra civil entre ellos mismos. ¿Ignoraban ustedes estas cosas? Pues es hora sobrada de que las conozcan, porque no son invenciones de propaganda.
Dirán ustedes también que si el PP ha reconocido la criminalidad de los suyos, para qué molestarse en investigar más. Es una actitud errónea. Los hechos históricos constatables y documentados pesan mucho más que las opiniones de ocasión de los políticos, de sus fáciles condenas o alabanzas. El problema está en que no han sido ustedes los únicos en falsificar la historia, también ha colaborado en esa labor el PP, y con entusiasmo, figurándose que con ello se hacía el demócrata. Y el resultado es la repetición de viejos errores, el resurgir de los odios que destrozaron a la república, unas tensiones separatistas que amenazan la integridad nacional…
Y algo más: han elaborado ustedes una ley de memoria que llaman histórica o para mayor sarcasmo democrática, cuyo contenido es la persecución de las libertades de opinión, expresión, investigación y cátedra. ¿Por qué, para perseguir el franquismo que desapareció hace más de cuarenta años, se ven ustedes obligadas y obligados a atacar los fundamentos mismos de la democracia? ¿No les hace reflexionar esta evidencia? Con esa ley y las medidas derivadas de ella, ustedes están dando pasos decisivos en la destrucción de una democracia acordada por abrumadora mayoría popular en 1976, de la ley a la ley. ¡Lo mismo que hicieron sus padres y abuelos durante la república, damas y caballeros!
Particularmente, tengo escritos numerosos trabajos de investigación sobre estos temas, preparo uno sobre el nacimiento, evolución y destrucción de la república, y hace unos meses publiqué Por qué el Frente popular perdió la guerra. Me permito recomendarles que los lean y los mediten, porque quizá estén ustedes a tiempo de superar su ignorancia y frenar su carrera enloquecida hacia la repetición de los viejos y funestos errores que dieron lugar a la guerra. Una guerra que es de esperar que ahora se dirima en el plano de las ideas y de la democracia y que ustedes volverían seguramente a perder, si persisten en su ceguera.


* Nacido en Vigo (Pontevedra), hijo del esperantista Pío Moa Banga, oficialmente fue miembro fundador de la organización terrorista de tendencia marxista-leninista y maoísta Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (GRAPO), el brazo armado del Partido Comunista de España (reconstituido), PCE(r). Formando parte de ella, participó en asaltos a locales falangistas y a la sede de la revista Gentleman, a la que llamaban «oposición domesticada». Asimismo, tomó parte en uno de los asesinatos del 1 de octubre de 1975, perpetrados en represalia por las últimas cinco ejecuciones del franquismo de dos miembros de ETA y tres del FRAP el 27 de septiembre.​ Enrique Cerdán Calixto, Abelardo Collazo Araújo y Pío Moa penetraron en la sucursal bancaria y se dirigieron hacia el policía de servicio. Cerdán le disparó, y Moa, que portaba un martillo, le arrebató el arma al policía ya muerto. Según el informe policial de los asesinatos, algunos testigos afirmaron que le habían visto golpear con un martillo al policía tiroteado, extremo que Moa siempre ha negado, manifestando que no fue necesario.​ Fue cómplice en el secuestro del teniente general Emilio Villaescusa Quilis, hecho acaecido en el año 1977, por lo que fue condenado en 1983 a un año de prisión, sentencia que no tuvo que cumplir. Fue expulsado de los GRAPO en 1977 y se acogió a medidas de reinserción en 1983, adoptando posteriormente posiciones políticas conservadoras.[cita requerida] Ha dejado un relato de sus experiencias de entonces en el libro autobiográfico De un tiempo y de un país.

Moa afirma que sus posturas se sustentan en el análisis, entre otras fuentes, de los numerosos testimonios dejados por los protagonistas de aquellos hechos (Azaña, Araquistáin, Prieto, Largo Caballero, Madariaga y Gil Robles). También asegura haber consultado para algunas de sus obras los archivos de la Fundación Pablo Iglesias[cita requerida], en especial el de Largo Caballero, el Archivo General de la Guerra Civil Española, el Archivo Histórico Nacional, la prensa de la época y los diarios de las Cortes.

También explicó su línea de pensamiento con respecto a los orígenes de la Guerra Civil en un artículo publicado en 2007 en Libertad Digital:

Una parte sustancial de la izquierda (los anarquistas, PCE, ERC y el sector del PSOE liderado por Largo Caballero) tenía un carácter marcadamente antidemocrático, ya que consideraba la República como un mero paso intermedio en el camino hacia su objetivo último de la revolución social.
Este sector de la izquierda española organizó la insurrección de octubre de 1934.
En una República que ya no era democrática, se produjeron las elecciones de 1936, que ganó por estrecho margen de votos (y mucho más amplio en escaños) el Frente Popular gracias a ciertos arreglos oscuros, como los denunciados por el entonces presidente de la República, Niceto Alcalá Zamora, y corroborados, según Moa, por las memorias de Azaña, Alcalá-Zamora o Madariaga.
La situación de violencia callejera y auténtico fervor revolucionario generó una respuesta simétrica en sectores de la derecha, a la que se sumó una parte de la oficialidad del Ejército, desembocando toda esta escalada de violencia —que culminó en el asesinato por parte de miembros de la Guardia de Asalto del diputado y líder opositor José Calvo Sotelo— en la sublevación del 18 de julio de 1936. Ésta habría sido una reacción desesperada de una derecha que no esperaba cuartel alguno, como la izquierda frentepopulista venía anunciando hacía años.

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