ESPAÑA CLAMA: ¡ LIBERTAD !

 

(por Felipe Pinto)

Como se está comprobando en estos últimos días, la sociedad civil está saliendo a manifestarse contra una amnistía que el gobierno, antes de las últimas elecciones, negó para después contradecirse por enésima vez. Una amnistía que se concederá exclusivamente para el beneficio de un autócrata que va a hacer uso de ella como única arma para mantenerse en el poder, lo que resulta ser un golpe de estado en toda regla a la Nación. 

El presidente prevaricador ha pasado de mostrar la bandera de la autocracia a convertirse en un auténtico tirano, que tras perder las elecciones ha aprovechado las lagunas que ofrece nuestro actual sistema electoral. Para ello ha alzado su ego, pactando con todos los que desean dividir y destruir España, es decir, con golpistas, terroristas y comunistas, sí, también con comunistas, defensores de la doctrina más genocida en toda la historia universal. Y lo hace, únicamente, para su propio beneficio (bueno, y el de sus adláteres). 

El pueblo está indignado y sale de manera legal a manifestarse en la calle, algo que causa pavor en las filas gubernamentales. Por eso, desde la delegación de gobierno de Madrid, con el respaldo inequívoco del ministerio del Interior, se está ordenando a la policía nacional a enjaular a grupos de manifestantes para posteriormente cargar contra ellos, que presos e indefensos, son víctimas de maliciosas emboscadas de agentes que los gasean y ceban a porrazos y golpes.

Existen fotografías que demuestran que las tácticas del Ministerio del Interior llegan hasta el punto de incluir policías de paisano entre los alborotadores de las manifestaciones y que resultan ser los que ponen la primera piedra para la incitación a agresivas revueltas.

Por otro lado, la tiranía del presidente llega a los extremos de censurar a los que piensan distinto, a permitir la quema de banderas y emblemas nacionales, a que sean pisoteados los derechos constitucionales y, con sus maléficas mentiras, a que se vean torturadas las economías de los más débiles y las de las empresas que más trabajo dan a los españoles, las cuales ya han declarado que van a dejar España, con lo cual perderemos gran potencial económico y ganaremos aún más parados.

Tengo la esperaranza que, por un lado, entre los futuros chantajes de sus propios socios y, por otro, la decidida respuesta de la sociedad civil, defensora de la ley, del orden y de la unidad de España, produzca un auténtico vía crucis a todos estos impostores en el camino de gobernabilidad de esta legislatura y que ello haga irremediable la convocatoria de unas nuevas elecciones que deparen, por fin, un gobierno digno y de acuerdo con la legalidad, con el que se vuelva a encauzar la hoy inexistente división de poderes. Un Gobierno que depure responsabilidades y logre sentar al tirano en el banquillo, acusado desde prevaricación hasta alta traición al Estado.

En definitiva, es el Pueblo, un pueblo sometido, con rabia contenida y con un nudo en la garganta, quien debe y va a salvar nuestra Nación, ultrajada desde un único poder establecido por un tirano, que se ha hecho con el dominio total, usurpando desde el ejecutivo, los otros dos poderes del Estado, comprando con el dinero público el poder legislativo y criminalizando y ajusticiando al poder judicial. 

Pero, ese pueblo, está hoy y va a estar, le duela a quien le duela, siempre presente en el día a día, siendo la vía conductora hacia un objetivo muy preciado, hoy, por desgracia, ausente, en España: 

LA LIBERTAD.