Cuando la gente describe a individuos o regímenes malvados, las palabras nazismo o fascismo vienen a la mente, pero casi nunca se habla de comunismo, doctrina responsable de la muerte, entre otras, de mas de 65 millones de personas en China, 20 millones, en la Unión soviética y casi un tercio de toda la población de Camboya.
Los comunistas han esclavizado a naciones enteras: Rusia, Vietnam, China, Cuba, Corea del Norte...
En la educación moderna existe una ignorancia generalizada sobre el pasado comunista y sus actividades despiadadas mientras que las personas que están en una parte de la derecha, acomodada y servil y en la izquierda, detestan el nazismo y airean su historia malvada, reconociéndolos como enemigos reconocidos. En esto la izquierda y la citada derecha parecen estar de acuerdo como también en ocultar la aún mas maléfica historia comunista. No olvidemos que el nazismo abarca dos grupos políticos históricamente indeseables, el nacionalismo y el socialismo, verdadera cuna del comunismo.
Los nazis llevaron a cabo el Holocausto, una de las atrocidades más grotescas en la historia de la humanidad. El acorralamiento de prácticamente todos lo judíos, hombres, mujeres y niños, enviándolos a morir fue uno de los peores crímenes de la historia del hombre pero los comunistas, por su parte, han matado a muchísima más gente que los nazis pero a diferencia del Holocausto, ello han sabido sistematizar el genocidio. La singularidad en sus ejecuciones han hecho que el nazismo tenga un peor nombre que el comunismo.
Desde su inicio, el comunismo se ha basado en teorías engañosas pero que suenan bien, en cambio las teorías nazis no disimulan su atrocidad.
Hay que darse cuenta de que todos los mortales, incluidos los intelectuales, pueden ser fácilmente seducidos por palabras y discursos que emplean como velo lenguajes agradables y eso les hace ocultar las perversiones del verdadero comunismo.
Por ejemplo, los gobiernos alemanes han expuesto abiertamente los males del partido nazi y le han cargado la responsabilidad del pasado de su país, dedicando monumentos a las víctimas y jurando aprender de sus errores, en cambio los rusos no han hecho nada similar con respecto a los horrores cometidos por Lenin o Stalin. Es más, Lenin aun es venerado por gran parte del pueblo ruso, como también lo es Mao por el pueblo chino, ignorantes su gran mayoría de la gran hambruna a la que derivó el comunismo el siglo pasado. También, por ejemplo, de la masacre de la plaza de Tiananmen. Tampoco se conocen las destrucciones de templos y monasterios en el Tibet, ni el exilio del Dalai Lama, ni la persecución a los practicantes de Falun Dafa.
Mientras todos los países comunistas no sean obligados a reconocer sus malas acciones, la verdadera naturaleza del comunismo permanecerá en las sombras y las víctimas de sus asesinatos, seguirán olvidadas.
Por último, recordemos que el comunismo casi siempre apunta a eliminar a su propia gente y esto lo ocultan posteriormente para que el resto del mundo desconozca la verdad de sus brutalidades.
El permanecer en silencio sobre estas atrocidades es blanquear el criminal comunismo y en cierta manera dar el consentimiento a su falso mensaje que inevitablemente lleva a la barbarie.
Actuemos, de una vez por todas y sin miedo, para evitar ser esclavizados o asesinados. Recordemos a todas las víctimas del comunismo. Ese recuerdo, sumado a sacar a relucir la verdad y luchando de su lado, ayudará a construir un futuro mejor para nuestros descendientes, sin cadenas y donde resurja el imperio del bien más preciado de la humanidad: la Libertad.
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