"Lo importante no son los años de vida sino la vida de los años".

"Que no os confundan políticos, banqueros, terroristas y homicidas; el bien es mayoría pero no se nota porque es silencioso.
Una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que destruye hay millones de caricias que alimentan la vida".

Al mejor padre del Mundo

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viernes, 1 de marzo de 2024

JINETES DEL LUCERO



Al transcurrir la noche,

en la penumbra triste 

de esta ciudad eterna, 

en sueños me aparecen las sombras

de viejos y queridos amigos, 

que, por desgracia, partieron. 


Tras tomar un trago largo 

por mi sed y la de ellos

y después de un hondo sueño, 

luces me hacen despejar mis dudas 

con la lección aprendida de la vida, 

toda ella, resumida en un pañuelo. 


Vuelvo a quedarme perdido y solo 

y buscando en las telarañas 

del tiempo y del olvido, 

explota de nuevo la melancolía 

recordando juegos, andanzas, 

 prohibidos y  viejos anhelos.


Jinetes del lucero, 

hermanos de la noche, 

en mi corazón  están presentes, 

Albita, Bruno Arrojo

y el “Gordo” Andy Mendoza,

guardianes de recuerdos. 


Cuando me quedo solo, 

mamado hasta el cogote 

en el humo de algún tugurio viejo, 

puñaladas de nostalgia 

penetran en mi garganta, 

en esa, donde se escapa el aliento.


Y en mis ojos borrosos, rojizos, 

se reflejan mis amigos, 

salvando mi angustioso miedo, 

espeso de amargura en copa de vino. 

Y aunque intento hablarles, cantarles, 

ni palabras, ni canciones ya poseo.  


Jinetes del lucero, 

hermanos de la noche 

en mi corazón  están presentes, 

Phillippe, María Pineda

y Quique San Francisco,

guardianes de recuerdos. 


Y voy a comprobar ahora, cuándo

ha de llegar el final implacable 

de una vida, con creces vivida; 

que mucho del todo de mis deseos, 

se resbaló, veloz, de mis manos 

como el agüita que llueve del cielo. 


Y esa diosa, a la que tanto quise,

verdadera cómplice en mis empeños, 

con sosiego, me estará aguardando 

para fundirse en mi como acero

y ya en uno, también fusionarnos,

con ellos, nuestros jinetes del lucero.





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