Disculpe, Papá Noel…
si acaso soy descarado
y si lo dejo de lado,
no es porque yo así lo quiera
pero no veo verdadera
la historia que me han contado.
No creo en renos que hablan
ni en trineos voladores
ni en todos esos señores
que son iguales a usted
y que salen otra vez
en christmas y felicitaciones.
Yo creo en aquel Niñito,
que nació un día en Belén
entre una mula y un buey
Entre paja y pastizales,
en los brazos de una madre,
la más humilde también.
Él tuvo como familia
de padre, a un pobre obrero,
por oficio carpintero
un mago, un artesano
pues hacía con sus manos
cualquier cosa, con esmero.
Por madre, una mujer bella,
preciosa, como ninguna;
en su carita, la luna
le pintaba una sonrisa
y era una eterna caricia
su hermosa canción de cuna.
Disculpe, Papá Noel…
porque ese Niño que digo
a mí nunca me ha traído
bicicletas ni yoyós
¡si es más pobre que yo!
A ver que capricho le pido.
Yo creo en ese Niñito
Que una noche cualquiera
le iluminó una estrella
para que los Reyes llegaran
y allí mismo lo agasajaran
sin que nadie lo supiera.
Y sigo esperando al Niño
que se curtió trabajando
y así nos fue enseñando
de la vida, los valores.
De los renos voladores
usted anda fantaseando.
De él me enseñó mi madre,
una mujer verdadera,
que no es un niño cualquiera,
que es un Niño y que es Dios,
que es de carne igual que yo
y es esencia verdadera.
Es el que veo a mi lado
y tal vez ni me doy cuenta,
cuando conmigo se sienta,
y que sufre a mi costado
mientras que yo, ocupado,
a veces, ni lo presienta.
Ese que espera un saludo
o alguna conversación,
ese que en algún rincón
se acomoda calladito
que es mi prójimo y bendito...
A ese Niño espero yo.
Ya sé que me va a decir
que es una contrariedad
si lo espero y está acá
si lo busco y está a mi lado
dirá que estoy empanado,
pero le juro, es verdad.
Disculpe, Papá Noel…
No me gusta su arbolito,
será porque desde chico
aprendí montando el pesebre,
donde el Niño no se pierde
como usted hasta otro añito.
A ese Niño yo lo espero
y si le olvido, me llama,
como pájaro en la rama
como agua en la vertiente,
por mi abuela sonriente
o por mi madre si exclama.
Le olvido y aunque tropiece,
siempre me vuelve a invitar,
me viene a tranquilizar
y es su paz la que reclamo
¿por qué no tomar su mano
si es Él quien me va a aliviar?
Disculpe, Papá Noel…
mas sus carcajadas, su bulla
y sus ruidos me aturullan,
por eso prefiero y quiero
a ese que allí en el madero
por mi vida dio la suya.
Disculpe, Papá Noel…
Se lo digo con cariño,
quiero volver a ser niño,
recuperar la inocencia,
esa que la vida y su inclemencia
me robaron sin un guiño.
Disculpe, Papá Noel…
si soy tan exagerado,
y aunque le haya provocado
no lo tome como ofensa
Tal vez mi poca ciencia
me haya descerebrado.
Voy a seguir esperando
a ese Niño y a los Reyes,
los que fueron al pesebre…
y les pondré arroz y coñac
y como cuando era un chaval
aguardaré para verles.
Lo espero hoy, Nochebuena,
con ilusión desmedida,
con muchas expectativas.
Y ojalá mi corazón
se desborde de emoción
al presenciar su venida.
Disculpe, Papá Noel…
Y no se enfade conmigo
solo aclararle he querido
que en buscarle no me esmero,
Es a Jesús al que espero
porque Él nunca se ha ido.
Porque Él siempre está conmigo,
porque siempre me ha buscado,
sin nunca dejarme de lado,
por eso le busco a Él.
Disculpe, Papá Noel,
si he sido tan despiadado.
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