Las mujeres de mi generación son las mejores. Y punto. Hoy tienen cincuenta y pico, incluso sesenta y pico y son bellas, muy bellas, por dentro y por fuera, pero también serenas, comprensivas, sensatas, y sobre todo, endiabladamente seductoras, esto a pesar de sus incipientes patas de gallo o de esa afectuosa celulitis que capitanea sus muslos, pero que las hace tan humanas, tan reales, tan divinamente reales.
Casi todas, hoy, están casadas o divorciadas, o divorciadas y vueltas a
casar, con la idea de no equivocarse en el segundo intento, que a veces es un modo de acercarse al tercero, y al cuarto intento. Qué importa...
Otras, aunque pocas, mantienen una pertinaz soltería y la protegen como
ciudad sitiada que, de cualquier modo, cada tanto abre sus puertas a algún
visitante.
Nacidas bajo la era de Acuario, con el influjo de la música de Los Beatles,
de Bob Dylan, de Bee Gees, de Supertramp... Herederas de la "revolución sexual" de las décadas de los 60, 70 y 80 y de las corrientes femeninas que, sin embargo recibieron pasadas por varios filtros, ellas supieron combinar libertad con coquetería, emancipación con pasión, reivindicación con seducción.
Jamás vieron en el hombre a un enemigo a pesar que le cantaron unas cuantas verdades, pues comprendieron que emanciparse era algo más que poner al hombre a trapear el baño o a cambiar el rollo de papel higiénico cuando éste, trágicamente, se acaba, y decidieron pactar para vivir en pareja.
Son maravillosas y tienen estilo, aún cuando nos hacen sufrir, cuando nos engañan o nos dejan. Usaron faldas hindúes a los 18 años, se cubrieron con suéter de lana y perdieron su virginidad en una noche loca de viernes o sábado después de bailar.
Hablaron con pasión de política y quisieron cambiar el mundo. Aquí hay algunas razones de por qué la mujer de mi generación nunca te va a despertar en la mitad de la noche para preguntarte.... "Qué estás pensando?" No le interesa lo que puedas estar pensando.
Si la mujer de mi generación no quiere mirar un partido de fútbol, ella no da vueltas alrededor tuyo. Se pone a hacer algo que ella quiera hacer y generalmente es algo mucho más interesante. La mujer de mi generación se conoce lo suficiente como para estar segura de sí misma, de lo que quiere y de con quién lo quiere.
Son muy pocas las mujeres de mi generación a las que les importa lo que tú pienses de ella. Ellas, tienen cubierta su cuota de relaciones "importantes". Las mujeres de mi generación son generosas en alabanzas. Ellas saben lo que es no ser apreciadas lo suficiente. Tienen suficiente seguridad en sí mismas como para presentarte a sus amigas. Solo una mujer más joven e
inmadura puede llegar a ignorar a su mejor amiga.
Las mujeres se vuelven psíquicas a medida que pasa el tiempo. No necesitas confesar tus pecados, ellas siempre los perciben. Son honestas y directas. Te dicen directamente que eres un imbécil si es la opinión que tienen de ti.
Tenemos muchas cosas buenas que decir de las mujeres de mi generación y por múltiples razones.
Lamentablemente no es recíproco. Por cada impacto de una de estas mujeres, inteligente, divertida y sexy hay un hombre con casi o más de 50... calvo, gordo, barrigón y con pantalones arrugados haciéndose el gracioso con una chica de 20 años y haciendo el completo ridículo.
Solo nos queda aprender de ellas...
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