El PP prefiere repetir elecciones antes que permitir que VOX entre en el Gobierno.
Han llegado incluso a afirmar que, si para gobernar tienen que contar con VOX, prefieren volver a las urnas. Es una confesión que retrata a un partido temerario, irresponsable, falto de coraje, sin convicciones y sin un proyecto firme para España.
La izquierda no va a votarles. Y la derecha tampoco, si siguen siendo la derecha acomplejada, ambigua y timorata. El PP sigue creyendo que puede contentar a todos: a los votantes del PSOE, a los medios de comunicación progresistas, a los empresarios del IBEX y a sus bases. Pero eso no es posible. La política real exige definirse, tomar partido y actuar con firmeza. Y ahí es donde el PP siempre fracasa.
Están dando por sentado algo que aún no tienen: que van a ganar unas elecciones cuya fecha ni siquiera está fijada. Y cuando lleguen, su prepotencia y su falta de humildad pueden hacer que se repita nuestro último mal sueño. Porque si desprecian a VOX y se niegan a pactar con la derecha auténtica, volverá a ganar la izquierda más radical.
Si para echar al psicópata de Sánchez hay que pactar con VOX, se pacta y no pasa nada. No es ninguna tragedia ni ningún drama democrático. Es simplemente reconocer la voluntad de millones de españoles que han confiado en una derecha valiente, clara y con principios.
VOX representa a esa derecha. La derecha sin complejos, la que no se arrodilla, la que dice las cosas por su nombre, la que no teme al qué dirán.
Los votantes de VOX no están para ayudar al PP. No son una muleta ni un recurso de emergencia. Están ahí porque están hartos de que nada cambie, de que PP y PSOE se repartan el poder mientras España se hunde. Si el PP no ofrece soluciones reales a la inmigración ilegal, a la okupación, al adoctrinamiento ideológico, a la destrucción de la unidad nacional y no deroga ni una sola de las leyes del PSOE, muchos votos desesperados caerán —con todo derecho— en manos de VOX y esos votos, digan lo que digan los Génova, ya no vuelven jamás.
Sr. Feijóo: los socialistas no le van a votar. Por más que usted se esfuerce en parecerse a ellos. Ellos ya tienen a su candidato, a su agenda, a sus privilegios. Lo que usted consiga con esa estrategia es desmovilizar a su propia base. Y, una vez más, cometer el mismo error de siempre.
¿De verdad creen que repetir elecciones es una solución? Lo que lograrán será más frustración, más abstención y más votos para la izquierda radical, gracias a su cobardía.
Los ideólogos del “verano azul”, del centrismo de plató y del chiringuito ideológico creen que pueden seguir jugando a un billar de 2030 bandas. Pero el país ya no está para juegos. Feijóo, en 2023, dedicó su campaña a atacar a VOX. Y aunque ganó las elecciones, perdió la posibilidad de gobernar. El precio lo seguimos pagando todos los españoles.
El PP quiere gobernar solo para no tener que rendir cuentas. Para seguir con las inercias del bipartidismo. Porque si VOX entra en el Gobierno, se acabaron las medias tintas, la corrupción tapada y los pactos en la sombra.
VOX es un necesario muro de contención. Un freno a los abusos. Una garantía de principios, de verdad, de libertad y de España viva.
(Felipe Pinto)
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