EL WHISKY JAZZ CLUB.
El Whisky Jazz surgió en la geografía musical de Madrid una noche de invierno de 1963 en la calle Marqués de Villamagna. No es exagerado asegurar que por su escenario, y sin interrupción, pasaron todos los intérpretes nacionales de jazz y muchas figuras extranjeras cuando en Madrid poca gente sabía lo que era un club en su connotación menos mundana.
El Whisky Jazz se trasladó a su sede definitiva en la calle Diego de León nº 7 en el año 1971, al local que ocupaba hasta entonces el Bourbon Street, del mismo propietario. Tras un cierre temporal y nueva apertura, sus dueños (ya eran varios los socios) clausuraron definitivamente el local en la primavera de 1995, después de la crisis económica del 93 y de un incendio del que no se recuperó.
Con la desaparición del Whisky Jazz, murieron 32 años de historia de música y ambiente neoyorkino de las noches madrileñas. Allí comenzó su carrera el brasileño Jaime Marques, que pagó con copas a la casa discográfica que le grabó su primer elepé. Por el escenario pasaron Pedro Iturralde, Tete Montoliú, Juan Carlos Calderón, Lou Bennet y un largo etcétera que deleitaban a gente tan variopinta como un jovencísimo Baltasar Garzón, Tip y Coll, que bebían benjamines a medias o un adolescente Butragueño que tomaba naranjas exprimidas.
.El Whisky Jazz , como ya se ha comentado, comenzó su andadura en la calle de Villamagna. Su propietario, Juan Pedro Bourbon, abrió este local en 1963 y paralelamente montó otro club en la calle de Diego de León con el nombre de Bourbon Street. En 1969 derribaron el edificio de Villamagna y el Bourbon adoptó su nombre hasta su fin.
Para los aficionados de los años sesenta está claro que el verdadero Whisky Jazz fue el de Villamagna. Los músicos que tocaban allí hacían una segunda sesión en Diego de León. Todavía hay quien recuerda las dos semanas de actuaciones del saxo tenor Dexter Gordon, el mes del trompetista Donald Bird o las estancias del pianista Hampton Hawes con el saxo tenor español Pedro Iturralde, quienes grabaron un disco en estudio reeditado en 1988.
Las copas empezaron costando 50 pesetas y el público, que oscilaba entre los 16 y 50 años, acudía al local buscando una alternativa a la música yeyé, de moda en aquella época. En 1979, Segundo López Sáez, que empezó en el Whisky como aparcacoches se hace cargo del local porque Juan Pedro Bourbon hace un reparto de acciones. Él y su socio, José Alonso Montalbo,-de profesión taxista-, iban a comprar todo el edificio del número 7 de Diego de León. "Pero Montalbo" dice Segundo López, "me hizo la pirula y lo compró él solo". Segundo López dice que recuerda el principio de los años setenta porque pasaba por allí "todo Dios": los jovencitos, de 19.00 a 22.00; hasta las 4 de la madrugada, gente de televisión, artistas, pintores e "intelectuales en general".
Aún recuerda cómo el 251 11 65, el teléfono del Whisky Jazz, era mundialmente conocido: "Llamaban de Estados Unidos, Londres o París para saber quién actuaba en la sala", comenta.
Pedro Iturralde, un año después de actuar en el local de Villamagna, se asoció pero con el negocio de Villamagna. "Fue un error que no lo hiciera con el de Diego de León porque me hubiera hecho millonario", dice. El Whisky Jazz de Diego de León fue un éxito. "Además, se podía entrar sin corbata". Iturralde recuerda cómo se mezclaban refugiados argelinos con famosos actores.
Lo que nadie duda es que el Whisky Jazz fue “el templo del Jazz” en Madrid en el periodo que va desde 1960 hasta 1990. En él he pasado numerosas veladas en la década de los 70, eso sí, envuelto en vapores de alcohol y humo, mucho humo, noche, pura y bendita noche!
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