El Partido Popular ha decidido convertir la palabra “pinza” en su nuevo comodín electoral, un recurso fácil destinado a culpar a VOX de todos sus fracasos, ocultar sus propias incoherencias y presentar un relato victimista que no se sostiene en ningún dato real. Según este discurso, VOX y el PSOE actuarían coordinados para desestabilizar gobiernos del PP. La acusación es tan absurda como evidente en su objetivo: frenar el crecimiento de VOX, que para ellos se ha convertido en una amenaza electoral real y creciente.
Qué pinza puede haber entre el Partido Socialista y Vox cuando Vox ha sentado al Partido Socialista en el banquillo. Qué pinza puede haber cuando Vox acaba de querellarse precisamente contra el PSOE por financiación ilegal.
El problema para el Partido Popular es que esta narrativa se desploma en cuanto se confronta con los hechos. VOX no vota jamás con el PSOE para imponer agenda ideológica, subir impuestos, financiar chiringuitos, promover leyes climáticas ruinosas o entregar soberanía a instituciones supranacionales. VOX no respalda al PSOE en su política migratoria, en su ingeniería social ni en su empobrecimiento masivo de las familias. El PP lo sabe, pero necesita repetir el bulo para intentar contener la pérdida de votos que sufre por su propia falta de valentía política.
A esta manipulación se suma un hecho que el Partido Popular jamás quiere que se recuerde: el daño profundo que el bipartidismo ha provocado en España durante décadas. PP y PSOE han gobernado alternándose el poder, compartiendo la misma visión tecnocrática, aplicando políticas casi idénticas, cediendo competencias estratégicas, debilitando la soberanía nacional, hipotecando al país a base de concesiones territoriales y sosteniendo un entramado político que ha generado desigualdad territorial, estancamiento económico y un monstruo burocrático que asfixia a quien trabaja y produce. España no está así por casualidad. España está así por el legado conjunto de los dos grandes partidos que durante años se repartieron el poder como si el país fuera su cortijo. Ese es el bipartidismo que ahora intenta cargar sobre otros sus errores.
Mientras acusan a VOX de una pinza inexistente, PP y PSOE mantienen la única pinza real: la que ejercen juntos en Bruselas y que afecta a todos los ciudadanos. En el Parlamento Europeo, populares y socialistas votan unidos día tras día las mismas leyes que después destruyen el campo, la industria, la pesca y la ganadería. Allí sí existe una pinza firme y continuada, cimentada en la Agenda 2030 y sus derivados: el Pacto Verde Europeo, las restricciones climáticas imposibles, las prohibiciones al diésel, los recortes productivos, la burocracia que hunde al mundo rural y las normas que dejan a Europa en manos de terceros países mientras se desmantela desde dentro.
Ambos partidos están alineados con la Agenda 2030 y la defienden con obediencia absoluta. No hay grieta entre ellos en esa materia. Votan juntos regulaciones que encarecen la vida, que expulsan a los jóvenes del campo, que obligan a cerrar explotaciones ganaderas, que arruinan a las pequeñas industrias y que debilitan la soberanía energética y productiva de España. Esa es la pinza PP–PSOE–Agenda 2030. Esa es la pinza que existe y que sí duele en la España real.
El Partido Popular utiliza el bulo de la “pinza” porque teme perder aún más votos y que pasen a las manos de VOX, no porque exista tal estrategia. Les inquieta el avance de un partido que no se somete a la corrección política europea, que no comparte el pacto silencioso del bipartidismo y que denuncia con claridad esa colaboración encubierta entre populares y socialistas. Por eso necesitan fabricar enemigos internos y desviar la atención de su alianza real con la izquierda en Bruselas.
Llamar “pinza” a la coherencia de VOX cuando rechaza leyes contrarias al interés nacional es un insulto a la inteligencia. Acusar de “pinza” al único partido que, realmente, mira por el beneficio de todos los españoles y qué, para eso, se opone frontalmente a la Agenda 2030 y a décadas de bipartidismo estéril, es una maniobra desesperada. Lo que sí está claro es que, si hay un partido que está creciendo y quitando apoyos al PP, no es por ninguna conspiración. Es porque VOX dice la verdad sin complejos y porque señala exactamente dónde está el problema: en la alianza real, estable y silenciosa entre PP y PSOE.
Esa es la verdad que el PP quiere ocultar. Esa es la pinza real que no quieren, bajo ningún concepto, que se vea.
Felipe Pinto
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