Cicatrices evidentes,
incurables de una herida
que me ha causado la vida
tras continuo batallar.
Cicatrices aferradas,
que no se cerrarán nunca
porque llevan siempre juntas
la quimera de sanar.
Cicatrices imborrables
de momentos que me hirieron
y que de mi vida hicieron
la más cruel pesadilla.
Cicatrices en la huella
hacia un destino futuro
y mientras llego, supuro,
desde la nuca a la rabadilla.
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