
A lo largo de los tiempos, los humanos nos hemos preguntado, de manera continuada, sobre la existencia del "alma".
Es una cuestión que ha creado grandes controversias y a la que han intentado responder personas de diferentes disciplinas, religiones, creencias, en distintas y numerosas ocasiones.
Poco a poco y como consecuencia de diversos estudios sobre ello, una nueva "teoría científica" se empieza a pronunciar y reconoce la "dimensión espiritual" después de la vida terrenal, es decir, tras la muerte humana.
Sin embargo, el paradigma científico actual no reconoce que exista ningún tipo de vida, después de la muerte. Solo aquellas personas que debido a su fé, formación o creencia religiosa, manifiestan y tienen fé total y absoluta de que todas las personas estan dotadas de un "alma".
Para todos los que si creemos en la resurrección de Cristo, la "muerte" es solo un cambio de dimensión, no un final.
El "alma" es como un viajero que cambia de "vestuario" cuando termina cada etapa de su recorrido y el "cuerpo físico" es solo una de esas vestimentas que nos toca llevar puestas para que cuando llegue el momento de dejar el cuerpo fisico atrás, el "alma" siga su transcurso sin, en ningún modo, desaparecer sino, simplemente, permaneciendo presente, más allá del "plano físico".
El "alma humana" es la parte más importante de una persona pues es eterna; es la que que vive después de que el cuerpo muere y se descompone.
Así como el agua puede transformarse en vapor o hielo, pero nunca deja de ser agua, el "alma" cambia de estado y continúa su evolución y aprendizaje en otros planos de existencia, más sutiles y espirituales.
Al llegar a ese nuevo estado, el "alma" siguiendo su proceso, se conecta con otros "seres de luz".
Por eso, cuando alguien muere, no es un adiós definitivo. Es una transformación, una continuación de la vida, pero en una forma que quizás no podamos percibir con nuestros "sentidos físicos".
El "amor" y las "conexiones" que hemos compartido aquí en este espacio terrenal, siguen existiendo, en otro espacio, otra dimensión; porque nuestra "alma espiritual" nunca deja de ser ni de existir.
La esperanza de otra vida, nos da valor para enfrentarnos a nuestra propia muerte y para soportar la muerte de nuestros seres queridos; estamos doblemente armados si luchamos con fe."
Yo, personalmente, no tengo el más mínimo género de duda, de volver a encontrarme con mis seres queridos y las personas que amo y quiero, seguro que con otro aspecto, pero con la misma bondad que en vida terrenal demostraron y serán, llegado el momento, los que vendrán a buscar mi "alma" y me acompañaran hacia la "luz eterna".
No hay comentarios:
Publicar un comentario