La brutal violación sufrida por una joven de 14 años en Hortaleza a manos de un mena vuelve a poner sobre la mesa un drama que no es aislado ni casual. Desde Vox llevamos años advirtiendo del peligro que supone la política migratoria permisiva que el Gobierno del PSOE y sus socios, ante la pasividad cómplice del PP, vienen aplicando. No estamos ante un hecho puntual: es la consecuencia directa de un sistema que antepone los intereses de las mafias y de las ONGs al derecho a la seguridad y a la convivencia de los españoles.
En España se mantiene un modelo de acogida que convierte a los menores extranjeros no acompañados en auténticos focos de delincuencia. No es casualidad que muchos barrios populares, como Hortaleza en Madrid o El Príncipe en Ceuta, estén hartos de la violencia, de los robos y de las agresiones vinculadas a estos centros. La izquierda insiste en llamar a esto “solidaridad”, pero la realidad es que estamos imponiendo a nuestros vecinos un riesgo constante, que en esta ocasión terminó con la agresión sexual a una menor española.
Los barcos de las ONGs, lejos de ser “humanitarios”, forman parte de un negocio millonario que alimenta a las mafias de tráfico de personas. Traen inmigración ilegal en masa, que después es abandonada en nuestros barrios, sin control, sin integración y sin garantías. No se trata de refugiados, sino de individuos que entran incumpliendo las leyes, y entre ellos llegan también delincuentes, agresores sexuales e incluso personas vinculadas al terrorismo.
Cada vez que un barco de estas organizaciones desembarca en puertos italianos o españoles, abre la puerta a la entrada descontrolada de individuos sin antecedentes comprobados, sin documentación válida y, en muchos casos, con historial criminal en sus países de origen. La irresponsabilidad de las autoridades, los deja a su libre albedrío, sin ocuparse de ellos en materias de educación y civismo y esto convierte a España en un campo abierto, donde no solo se pone en riesgo la seguridad de nuestras mujeres y niños, sino también nuestra propia soberanía.
Yo, como muchos españoles, reclamo medidas urgentes y contundentes:
- Cierre inmediato de los centros de MENAs que ponen en peligro a los barrios españoles.
- Expulsión de todos los inmigrantes ilegales implicados en delitos.
- Prohibición de entrada a barcos de ONGs mafiosas que colaboran con el tráfico de personas.
- Control estricto de las fronteras, con medios suficientes para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Solo así podremos frenar esta invasión silenciosa que se traduce en delincuencia, inseguridad y sufrimiento para familias inocentes, como la de la joven brutalmente violada en Hortaleza.
España tiene que elegir: o la protección de nuestros hijos, o la sumisión a la agenda globalista de las mafias migratorias y amigos, ¿quién en su santo juicio puede dudar que elegir?
Felipe Pinto
No hay comentarios:
Publicar un comentario