"Lo importante no son los años de vida sino la vida de los años".

"Que no os confundan políticos, banqueros, terroristas y homicidas; el bien es mayoría pero no se nota porque es silencioso.
Una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que destruye hay millones de caricias que alimentan la vida".

Al mejor padre del Mundo

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jueves, 2 de octubre de 2025

YOLI, LA CHIRIPITIFLÁUTICA

 


Yoli, aristócrata de cuna sindical y dama de salón comunista, sigue creyéndose llamada a liderar al proletariado, aunque en realidad solo lidera a su peluquero y a los cuatro mindundis que todavía cobran de su ministerio. Quiso pasar a la historia como la gran reformadora laboral, la Juana de Arco de la jornada de 37,5 horas. Pero la épica se le atragantó: ni reducción de jornada, ni aumento de productividad, ni milagros sociales… Apenas unos titulares que hoy amarillean en la hemeroteca, igual que los convenios que nunca firmó.

La autoproclamada defensora de los oprimidos, que cita a Marx en TikTok y a Gramsci en Instagram, también descubrió de repente su pasión por Palestina. Eso sí, mientras condena con lágrimas de purpurina la "opresión" en Gaza, se olvida de mencionar que allí los mismos a los que defiende persiguen a mujeres, a homosexuales y a cualquiera que no comulgue con su dogma. Pero, ¿qué más da la coherencia cuando se puede ondear una banderita palestina y posar para la foto?

Como siempre, Yoli vive de chiripa, de titulares huecos y de discursos con tono infantil, como si todo se resolviera con “diálogos bonitos” y “sonrisas monísimas”. Su fracasada cruzada por la jornada laboral reducida es ya una broma nacional: lo único que consiguió reducir fue la paciencia de empresarios y trabajadores por igual.

Mientras tanto, la ministra continúa rodeada de su cohorte de damas ilustrísimas: la Oltra (en versión imputada), la Colacau (con cargo eterno), la MeMa (de ocurrencia en ocurrencia) y la Fátima Hijab (con más banderas que argumentos). Con semejante escuadra, no extraña que cada comparecencia de Yoli parezca un sketch cómico de los Hermanos Marx.

Hoy, nuestra heroína de la incoherencia sigue creyendo que encarna el futuro. Pero lo cierto es que ya solo representa el fracaso de unas políticas que ni fueron sociales, ni laborales, ni mucho menos serias y su vuelo hacia el paraíso de los tucanes está muy próximo. 

En definitiva, es Yoli, la chiripitifláutica (espero que por la comparación me perdonen Valentina, Locomotoro, el Capitán Tan y el tío Aquiles), un ser incapaz de pronunciar una frase con sentido, de reducir horas de trabajo, pero experta en darle al pico y de alargar horas de postureo.

Felipe Pinto. 

(con perdón)

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